Todos los días me llegan decenas de correo basura. A veces, cuando me aburro, leo unos cuantos. Sólo para enterarme de que va el phising en este momento de la historia. Otras tantas, sólo me quedo con los dominios, los servicios y los nombres de quienes se anuncian.
Para nadie es una sorpresa el que una parte muy grande de los anuncios que aparecen estén relacionados con sexo. Conseguir una pareja, una mejor erección o más dotes físicas. Algunas cosas son más descaradas que otras. Y supongo que parecerán más o menos crudas depende de la situación de quien lo lee.
Limpiando mi buzón esta tarde, me encontré que uno de los correos se mandaba desde una dirección que se llama "married but lonely". Me quedé pensando no en la maneras que tiene la gente de conseguir una nueva pareja cuando todo se está yendo al carajo, sino en cómo mucha gente simplemente deja pasar partes de su vida porque no conviene romper la imagen social que crees que otros tienen de tí mismo.
Sigo casado contigo porque no hay nada más que podamos hacer. Porque no podemos romper la ilusión colectiva de que somos felices. Porque nos casamos por la Iglesia y la anulación cuesta una pasta - o tus papás nunca lo aceptarán. Porque lo lógico es que del matrimonio maravilloso sigan los niños y la vida feliz. Porque tenemos muchos más puntos en común para comprar boletos de avión y volar en business y luego quejarnos de lo mala que es la champaña que sirven en las aerolíneas en decadencia.
Por lo general, el correo basura me hace enojar o incluso reír. Hoy, por razones más que específicas que tienen que ver con horas y horas frente al televisor o a una hoja en blanco, casi me hizo llorar.
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