30.12.03

Cinco navideñas y retrasadas

La referencia semanal obligada aquí. Tardías, pero igual sirven su propósito.

1)¿Qué sientes días antes, durante y después de estas fechas tan señaladas?
No me gusta admitirlo, pero creo que me deprimo. Además, es raro cuando recibo regalos que me encantan, entonces me desencanto. Soy como un grinch disfrazado, supongo. Me da la tristeza profundísima por lo general. Con excepción de los días que decido que me voy a divertir como enana. ¡Ah! Primero expectación por todo lo que voy a comer y luego intensa culpa por todo lo que me comí.

2)¿Qué recuerdos de la infancia guardas de la Navidad que aún lleves a la práctica?
Poner algunos adornos. Comprar regalos. Me he convertido en el Niño Dios y en los reyes de vez en cuando. Cenar MUCHO.

3)¿Cuándo y quién rompió la magia infantil de los Reyes Magos?¿Cómo te sentiste al saberlo?
Fue extraño. Durante años me lo dijo mucha gente pero no lo creí. La confirmación recuerdo que salió de labios de mi mamá. Yo me hice la que ya sabía para que ella no se sintiera culpable. Tendría unos diez años. Me rompió el corazón.

4)¿Cómo decoras tu casa? ¿Qué es lo que mas ilusión te hace de estas fechas? Y si no te gustan, ¿por qué?Este año convencí a Duque y compramos un gran árbol de navidad natural. Huelen tan bien. Además, compré una nochebuena blanca y puse el nacimiento que mis padres usaban cuando yo era niña - regalo reciente -. Lo que más me hace ilusión son los regalos. Definitivo.

5)¿Qué le pides a esta Navidad?¿Qué sueños quieres cumplir? ¿Hay alguien en tu vida al que necesitas tener esa noche más cerca que a otros?
Extrañé a mis papás. Fuí muy feliz de pasarla con mi Duque y descubrir que hice eco con su familia como él hizo eco con la mía. Me encantó recibir una llamada del Mortal y otra de mi Hija. Fue lindo. En realidad fue una Navidad buena. Y sé que eventualmente me llegarán los regalos, je.
Entendimiento

La verdad, es que yo nunca había aceptado del todo las esculturas de Sebastián. Me parecían tan abigarradas, tan extrañas, tan inútiles a la mitad de Paseo de la Reforma, "coronando" el cruce de Lázaro Cárdenas y Mariano Otero en Guadalajara, escondidas entre la maraña de concreto del distribuidor vial de San Antonio.

Saliendo de la ciudad de Chihuahua hacia el sur del estado, a la mitad de la nada, en el llano, hay una enorme escultura roja que marca la entrada a la ciudad natal del escultor.

Entonces lo entendí todo. Se ve tan hermosa en medio de las montañas. El sol incide de una manera tan bella en sus formas geométricas.

La obra de Sebastián, comprendí entonces, sí es capaz de despertar una sensación de belleza en mí. Sí y sólo sí, está estacionada en el lugar adecuado.
De regreso de la tierra más tranquila del mundo

En Delicias, Chihuahua, el mundo transcurre lento. Tranquilo. Parece que lo único que se mueve son las ráfagas de viento helado que barren los valles. Las montañas hermosas alrededor. Como grandes dinosaurios dormidos, de piel mullida, tendidos hechos bolita esperando el sol.

Hay queso riquísimo. Y tortillas de harina. Y nogales. Cientos de nogales que en invierno son completamente pelones, alargados. Bailan. Con sus ramas vacías se abrazan. Otros árboles alrededor de la carretera están teñidos de amarillo, en un invierno tan melancólico.

Ir de punta a punta de la ciudad toma diez minutos. En quince ya estás fuera. La gente pasea en el centro, va a sus diferentes iglesias, tiene fiestas navideñas en automóvil, por aquello del frío. Los niños tarahumaras van detrás de ti en el centro. No te piden un peso, o para un taco. Te piden que "les compartas".

A lo largo del camino, las vacas te miran. Las plantas procesadoras de algodón. Un gran estadio de baseball. Una presa que se ha desbordado una sola vez, donde hay lanchas y comederos de pescado frito.

Increíble, pero extraño esa tierra de la inmovilidad. Y doy las gracias para quienes me abrieron sus brazos, casas. Y a mi Duque que me llevó por allá. Fue un descubrimiento único.

23.12.03

Compras de último minuto

¿Algún voluntario que quiera hacerlas por mí?
Veo un México

En el Periférico, hay un enorme espectacular pagado por el PRI del Estado de México que reza: "Veo un México sediento de justicia".

Hoy amanecimos con la novedad de que - otra vez - no tendremos reforma fiscal este año.

Me llama la atención que el PRI del Estado de México vea a un México sediento de justicia. Yo creía que el señor Montiel veía un México del que podría ser presidente.

El México que yo veo, con y sin reforma, es distinto.

Veo un México que le gusta derrotarse a si mismo.
Veo un México acostumbrado a pedir y no a trabajar para obtener lo que quiere.
Veo un México temeroso y confundido, jaloneado por un montón de payasos que se lo quieren dividir.
Veo un México insultado cada vez que sus calles se llenan de personas que al reclamar sus derechos vulneran los de los demás.
Veo un México desmemoriado, que vota por revanchismo - cuando vota - y no cuenta las ventajas de evolucionar.
Veo un México de quejosos profesionales, que en lugar de trabajar por una mejora está esperando a que alguien lo cambie todo por él.
Veo un México que está siendo engañado. Y no se da cuenta.
Terremoto y acá todo sereno

Una de mis ciudades favoritas, San Pancho, fue sacudida por un terremoto, junto con otro buen pedazo del Sur de California. Nada grave pasó.

Por lo pronto, aquí, nada se sacude. Tengo la sensación perenne de que me quedan miles de cosas por hacer. Sé qué cosas son pero simplemente no tengo ganas de hacerlas. Hoy no.

19.12.03

Versión express

Tendré comida de la oficina en mi casa. Si todos mueren envenenados no fue mi culpa, je.

Por lo pronto, una versión exprés de Las cinco.

1) Érase una vez un pequeño caballito de cristal... que comía pasto de cristal en la granja de cristal. Afuera de la esfera, sólo había desierto.

2) La/le puso sobre la cama y muy lentamente... le arrancó una a una las pestañas del ojo derecho.

3) No me lo podía creer, aquel helado de chocolate... había logrado cubrir por completo mi inmaculada camisa blanca.

4) La mirada de aquella niña... se quedó grabada en el espejo de la casa en la que vivía.

5) Si por lo menos alguien quisiera escucharme... podríamos construir un nuevo imperio.

16.12.03

Me imagino, señor, me imagino

Dice el señor Bush, en la cita del día del NYT: "He llegado a darme cuenta de que este trabajo es un trabajo magnífico".

Shí, shí, shí. Seguro. Sobre todo cuando tienes la oportunidad de jugar a vaqueros e indios en plena edad madura. ¡Y con armas de verdad! :P

15.12.03

Noticia triste

El sábado se murió Keiko de una pulmonía. Fin de una vida de continuo sufrimiento. La única canción que le dedicaron se la cantaba M.Jackson. :P Hicieron tanto escándalo de que tenían que liberarla y murió de frío, sola e histérica porque le gustaba el contacto con la gente.

Si alguien se pregunta qué le sucede a las ratas - perdón, ballenas - de ciudad cuando las sacan del DeFectuoso, ahí está una buena imagen.

Ojalá y esté descansando en el cielo de las ballenas.

Actualización: Clive D. L. Wynne, profesor de psicología de la Universidad de Florida publica en el NYT una editorial que apoya la postura de este blog: Keiko no tenía ninguna gana de "ser libre".
Cinco: a lunes

1) ¿Qué quitarías del mundo?
Nada. Supongo que me gusta como está. Estoy tentada a decir que algunos seres, pero son los que le ponen sal y pimienta a la vida. Pero, pensándolo bien: ¡quitaría todas las alergias que hacen a la gente alejarse de los gatos!

2) ¿Cuál es tu sentimiento favorito?
El amor (qué cursi). El deseo, sí. Eso que te hace que la piel se te erice y el cuerpo despierte completo.

3) ¿Cuál es el recuerdo más intenso que tienes?
Creo que todo lo que merece ser recordado debe ser muy intenso. El tomar conciencia de que amas a alguien o de que alguien ya está muerto y no va a regresar.

4) ¿Cuál es el pensamiento que más se te repite a lo largo del día?
Respira, idiota, respira.

5) ¿Qué es lo que más te gusta provocar en la gente?
Terrible, pero cierto. Creo que admiración. Respeto. Sí.
Impuestos muy cristianos

Si nuestros legisladores siguen buscando alguna pista para diseñar una buena estructura de impuestos, ojalá y no volteen hacia Alabama. Según los estudiosos, este estado tiene una de las estructuras hacendarias más retrógradas de Estados Unidos: les cobran mucho a los pobres y muy poquito a los ricos (lo que sea que esto significa).

Buscando argumentos para mejorarla, una profesora de la Universidad de Alabama publicó "Un Argumento para la Reforma Hacendaria basado en la Ética Judeo-Cristiana".

La señora Susan Pace Hamill argumenta que los ciudadanos de Alabama, especialmente los que se cristianos tienen una "responsabilidad moral" de "apoyar una reforma hacendaria completa a fin de eliminar las enormes injusticias creadas por la estructura hacendaria actual".

¡Qué fuerte! ¿Se imaginan una reforma hacendaria emitida en honor a la Guadalupana? El cura Hidalgo estaría tan orgulloso...

La nota completa (que sólo pueden ver los subscritos al NTY) la pueden ver aquí.

12.12.03

La Guadalupana

Estoy haciendo tiempo para que lleguen por mí. El Duque se retrasa. Hoy es día de descanso en muchos lugares, pero no en mi oficina. Ni siquiera las caras de fuchi descansan (la mía incluída).

Comienzo a creer que me estoy convirtiendo en persona non gratta.

Un pasado posible me envió un mensaje electrónico. Le llamé por teléfono, pero está muy ocupado. Qué raro. Me gusta la idea de que me llame. Quizá por ahí está mi escapatoria.

Decidido: en 2004 me voy a escapar. Que me atrape quien me alcance.

Hoy estuve a punto de matar a la Valquiria. Llegó aquí cantando "La Guadalupana" a voz en cuello, para mi desgracia. Detesto la canción. Y me cae peor cuando alguien la canta a gritos en plan molinche. Me recuerda a mis primos borrachos. Terrible.

- Extraño a mis primos. Aunque canten "La Guadalupana" a gritos después de una botella de tequila. -

(La verdad es que yo estoy sentida porque quería un libro o una película o una cosa bonita. Pero si me quiero sacar algo, mejor compro la lotería. De otra manera, no tiene sentido)
Educación a la francesa

Ayer, le entregaron a Jacques Chirac en París un reporte en el que se pide que se prohiba utilizar "sìmbolos religiosos conspicuos". Se trata, a grandes rasgos, de evitar que la gente lleve enormes cruces al cuello, kippah en la cabeza o velos para las niñas musulmanas.

Los franceses, tan progres, quieren evitar que haya discriminación en la escuela, "que se vulneren los derechos de las mujeres haciéndolas cubrirse". Lo simpático del asunto es que uno puede pasearse en una playa pública sin ropa y no hay problema. O puede llevar camisetas con consignas misóginas sin conflicto. Si lo que piensan - lateralmente - es que sin los "signos religiosos" será más difícil identificar a los diferentes grupos y que éstos se vean expuestos al odio de los otros, yo creo que es poco probable. A Adhmed sus compañeros van a seguir reconociéndolo como musulmán, a María Magdalena como cristiana y a Sarah como judía. Con o sin "símbolos religiosos conspicuos".

La nota completa del NTY está aquí-

Por cierto: las que se oponen al uso de velos en las niñas porque "vulneran los derechos de las mujeres" son las trabajadoras de la revista Elle. ¿No deberíamos prohibirles también a ellas que publiquen fotografías de modelos esqueléticas que vulneran la autoestima de cientos de mujeres "reales" en el mundo?
Ah, la nostalgia

"¿Recuerda usted cuando los teléfonos eran tan sólo teléfonos? El NTY publica un pequeño artículo con las razones por las cuales uno NO debe tener un teléfono con cámara. El documento argumenta que la movilidad que nos da un teléfono celular - muy aparte de la posible causa de cáncer, je - lo que nos quita es nuestra privacía.

Hace poco me enteré que en mi universidad ya empezaron a prohibir los celulares en las aulas. No sólo que estén prendidos en las aulas sino que entren a las aulas. ¿Motivo? Los mensajes escritos. Prácticamente sin ruido, uno puede pedir respuestas a cualquier parte del mundo. Lo mismo sucede con los conectados a Internet.

El asunto de hacer trampa en los exámenes continúa haciéndose tecnológicamente más complicado - me acuerdo cuando la gente metía fórmulas en las calculadoras. A ver qué sucede ahora que ¡por fin! yo regrese a la escuela.

11.12.03

Receta para ciudades exitosas

Hay también en el NYT un artículo de John Leland que cuenta cómo Memphis se volvió (o se está volviendo) una ciudad cool. La receta mágica parece ser construir ciudades-marca en la que viva la gente "más creativa e innovadora".

Hum. Y yo leyendo a Naomi Klein que critica terriblemente el "Celebration, FL" de Disney.

¿Será esta una opción para pequeñas ciudades olvidadas como Lagos de Moreno? Sabe...
Sobre el IMCINE y esas cosas tristes

Tina Rosenberg, del New York Times, hace en la edición de hoy un comentario editorial interesante sobre las consecuencias de desaparecer al IMCINE.

"No cada país pobre debería tener una industria cinematográfica nacional. Pero México sí, y no sólo por su historia (en el cine). Al igual que Francia, Mexico se define a si mismo en gran manera por lo que no es: no es Estados Unidos. Para los mexicanos, sus películas son una gran defensa en contra de ser tragados culturalmente por Estados Unidos."

¿Será el cine de Cuarón o de González Iñárritu realmente el cine mexicanísimo que nos define radicalmente distinto a las cintas de Hollywood? La verdad es que yo no lo creo. Lo que sí creo es que son dos autores limpios y buenos que demuestran, una vez más, que lo hecho en México está bien hecho.

No sé si vayan a marcar un hito en la historia del cine. No termino de creerlo. Lo que sí es que están ahí, como dignos representantes de su tiempo. Y es una lástima que los que les siguen no vayan a poder hacerlo.

Del NYT: Si no están suscritos al servicio, no les va a dejar ver la nota completa. Pero vale la pena. Sólo te piden un registro pequeño y tienes noticias frescas todos los días.
Las de la semana pasada

Antes de que se me olvide y me ocupe con las diez millones de cosas que tengo que hacer hoy, contesto Las cinco del viernes de la semana pasada:

1) ¿En que tipo de vivienda vives: casa, piso, chalet, de propiedad, de alquiler, en casa de tus padres, en residencia de estudiantes...?
Vivo en un departamento pequeño en un cuarto piso. Es legalmente propiedad del Duque, pero lo considero también mío, je.

2) ¿Cuál es tu estancia favorita de la casa?
Precisamente la sala. Ahí están los libreros y también las películas y la televisión.

3) ¿Cuál es el último objeto que has comprado para la casa (o para tu habitación)?
Hum. Una planta de nochebuena blanca que está sobre la mesa de centro de la sala. Natural.

4) Si pudieras elegir, ¿qué obra de arte te gustaría tener en el salón?
Cualquiera de BEF. Las que me regalan mis amigos. (Como sucede ahora)

5) Nunca sales de casa sin...
¿Físicamente? La cabeza porque la tengo pegada. ¿Metafóricamente? Mis ojos para hacer crónica. (Son especiales. A veces ni me doy cuenta y ya están haciendo su trabajo)

Voilá.
Listas, listas

Este blog comenzó como un lugar para tener crónicas. A estas alturas - pésele a quien le pese - es algo así como diván.

El punto es que me habían contado de Las cinco del viernes, un sitio español en el que cada viernes se publican cinco preguntas sobre la vida de lo más simpáticas. La inspiración del sitio viene de un movimiento inglés similar llamado Friday Five. Muchas veces las preguntas son simpáticas y la idea del chismógrafo, tengo que confesarlo, como que me atrae.

Entonces, regresando al asunto de la ciudad, contesto mis primeras cinco aunque son la de la semana pasada (se publican los jueves, para que el viernes los navegantes cumplidos ya las tengan contestadas).

1)¿En que ciudad o pueblo vives? Especifica país, que a veces las ciudades se repiten.
Vivo en la Ciudad de México, DF. Es la capital de México.

2) ¿Un buen restaurante?¿Uno barato?¿Uno especial por algún motivo?
Quizá uno de los mejores restaurantes que conozco se llama Casa de Italia. Está en la extra in zona de La Condesa (Agustín Melgar 6) y tiene, máximo, diez mesas. Atiende Luigi, su dueño. Verdadera comida italiana.

El barato: atrás de mi oficina hay un chino muy bueno, barato y decente (Atenas 56, Col. Juárez) . Las chinitas son la mar de amables y el café con leche es delicioso.

Uno especial: el Saks (Insurgentes Sur 1631 y José Ma. Velasco 110 , Col. San José Insurgentes). Sirven comida Sefardí y muchas mezclas de verduras deliciosas. El de Insurgentes es vegetariano y el de José María Velasco sí sirve carne. ¿Sugerencia? Medallones de filete con mostaza y tarta de camembert con frutas. ¿Por qué es especial? Porque los martes y los jueves tocan música medieval y porque fue al primer lugar en esta ciudad al que fuí a comer con el Duque en el DF.

3) ¿Qué es lo que más te gusta de tu población, y lo que menos?
Lo que más me gusta es que es muy grande y tiene muchos museos, teatros, opciones, gente interesante, etc. Lo que menos me gusta es que es muy grande y tiene DEMASIADO tráfico - hago más de una hora diaria de mi casa a mi oficina y eso es injusto.

4) ¿Algún sitio, monumento o rincón de tu ciudad que sea un pecado no visitar?
El centro. Es hermoso. Recordemos que México era la ciudad de los palacios.

5) ¿Sabes alguna leyenda, mito o curiosidad de tu zona?
El palacio de Gobierno no es precisamente el edificio más bonito del Centro. Alguien me contó - no me acuerdo quién, pero supongo que era confiable porque aún lo recuerdo - que la razón de que el Palacio sea tan feo es que en los barcos se confundieron los mapas de construcción del Palacio de Gobierno de la Ciudad de México y de la cárcel de Lima. Ergo, cuando se dieron cuenta, Perú tenía una cárcel que parecía palacio y México un palacio que parecía cárcel. Y ya.
Sorpresa acentuadora

¿Sabían que la Real Academia ya decidió quitarle el acento diacrítico a sólo que substituye a solamente? Ahora, todos los solos estarán ídem sin sus acentos.

Lo más triste en realidad es el caso de los acentos. Cada vez más de ellos acaban en el viejo cajón de escribidor que nadie volverá a abrir. Olvidados y tristes, se mirarán unos a otros, se preguntarán si sus vidas realmente eran tan insulsas. Recordarán nostálgicos aquellos años en los que se gastaban tiras y tiras de corrector de máquina de escribir en removerlos cuando habían sido puesto en vano. Porque aquellos buenos acentos que eran retirados de los textos morían sí, pero con el honor de haber estado en la batalla.

Ahora, los acentos que habían sido creados para diferenciar el sólo que significa solamente, yacerán olvidados. Nunca se les llamará. No habrá ninguna razón para su existencia.

Pobres. Por eso, y sólo por eso, yo seguiré acentuándolos.

Ahora, pregunta sincera: ¿Alguien sabe porqué esos dignos acentos que resurgieron de sus cenizas como el ave fénix para acentuar a las mayúsculas son olímpicamente ignorados por la mayoría de los tipos de computadora? Como dice mi gran jefe, es la peor de las esquizofrenias: Word te marca incorrecto cuando no las pones pero no aparecen cuando imprimes los documentos. Qué tristeza.

Otra pregunta: ¿Cuántas personas en el mundo sufrirán, igual que yo, el mal de cantar los acentos? "A-cen-tu-án-do-las" - tuve que decir sonoramente ante la mirada atónita de mis compañeros de trabajo mientras remarcaba cada sílaba con un golpecito en mi escritorio. Gajes del aprendizaje.

10.12.03

Muy cansado

Después de ver a la querida Rax aquejada por su tos, comencé a temer por la integridad de mi salud. Y bueno. Terrible dolor de cabeza, sueño, hartazgo.

Colmo: ayer intenté hacer un pastel y se me quemó. ¿A qué genio de la ingeniería se le ocurre no ponerle numeritos de temperatura a un horno? A un alemán.

Humpf.

Me da mucho gusto que ya haya llegado Bef. Espero verlo pronto.

8.12.03

El Cumple

Fiesquito se está quejando porque su papá le regaló un suéter que, aunque muy lindo, le queda grande. El ser - no me gusta mencionarlo, lo siento - le mandó unas rosas lindas. Yo no tengo vergüenza porque, en medio de mi cansancio mortal, no fuí a su fiesta del viernes (eso de cumplir años en lunes nada más no deja).

Este cronopio lo siente.

Pero también ya la abracé, le dí su sorpre y también le regalo la luna de esta noche. La serenidad de que este año viene más brillante que los anteriores.

Abrazos.

5.12.03

Última estampa

Quizá es que no camino por los lugares adecuados cuando estoy aquí. Ayer, sin embargo, hubo cosas en Monterrey que me asombraron.

Contra mi declaración de "no me voy a comprar ropa", me dí cuenta que sí necesitaba una blusa limpia para la noche, un poco más formal. Me armé de valor y de tarjeta de crédito y salí a perderme en las calles de Monterrey. Efectivamente, y como es mi costumbre en una ciudad distinta, me perdí.

Perdida, llegué al corazón del centro. Cientos de tiendas. Y gente... ya me voy. Luego termino.

Me corren.

- Hace *snif* mucho tiempo que no veo a mis amigos. A ver si este fin se me hace -
Adivinanza

¿Saben dónde está BEF?

¡En Zacatecas! ¡Con Inverno! ¡Y sin Nos!

(Tenemos gusto pero también un poco de envidia. Ese viaje sí nos gusta matarile, rile, ron)
Otro regalo sorpresa

Hoy llegué para encontrarme con un cheque que tengo que autorizar. Es el equivalente de más del 500 por ciento de mi sueldo mensual para alguien que, perdón, no trabaja como debería. Me cae perfecto, pero tengo que detener esto.

También me encontré con dos bolsas llenas de regalos sorpresa que le había comprado al Duque. Mucha emoción. Espero que sea feliz cuando los vea.

- Creo que también le van a gustar a Alberto. Y a Rax. Haremos una fiesta y lo decidiremos -.

Mañana tengo que ir a Cuernavaca a una boda. Perdón, pero no me voy a ir sin el Duque. No quiero. No quiero. No quiero. No.

(Ah, con la berrichudez. Tengo que escribir un publirreportaje antes de irme. Debería poner manos a la obra)
Muy molesta

No dormí bien. Me tomé un par de copas - con Ms. Sharpie, of all people - y estaba tan cansada que me cayeron como bomba. Tenía que salir a primera hora de regreso al DeFectuoso porque me habían puesto en agenda una capacitación a las nueve.

Me costó un trabajo horrible despertarme. Recorrí el cuarto de hotel dando tumbos. Mis ojos intensamente rojos, irritados no sé con qué. Salí a hacer check out y descubrí - a tiempo - que mi abrigo se había quedado dentro de mi habitación. De regreso. Viajé con la traductora hasta el lejanísimo aeropuerto de Monterrey. Realmente me estaba durmiendo. Muy cansada. Con hambre.

Llego al aeropuerto. Pago 115 pesos por el cambio de mi boleto. Me acerco al mostrador y me dicen: "qué bueno que lo cambio pero fíjese que el aeropuerto de México está cerrado y todos los vuelos van a salir con retraso". Eran las malditas 6.30 de la mañana y yo tenía que procesar que, una vez más, mi vuelo iba a salir retrasado.

En fin. Subimos. Esperamos un par de minutos y hasta eso, abrieron finalmente el aeropuerto y sólo salimos con 20 minutos de retraso. Vuelo apretado. Yo dormida. Agarré un periódico del carrito y era periódico de ayer. No me dí cuenta hasta que terminé de leer la primera plana (¿Por qué esta noticia me suena conocida?, me gritaba mi adolorido cerebro). El colmo.

Llegamos a México. Horror de tráfico. Taxista terco con la ruta más estúpida de la vida. 9.00 horas y yo en Insurgentes. Auxilio. Llego a la oficina 9.15 en punto. No hay nadie en la sala de juntas.

Prendo mi computadora, escucho mis once mensajes - todos colgaron, con excepción de Martha quien habló para decirme que me quiere. Yo también la quiero. Mientras trataba de quitar las montañas de papel a mi alrededor, llega un correo electrónico. "Perdón, se me olvidó cancelarles la capacitación. No se va a hacer hoy".

...

¿Necesito decir más?
Tres erratas

Estoy loca, loca, loca. Lo demuestra mi último post: escribí primero rebasé con v de vaca (de Victor, según el abecedario aeronaútico que no me he podido aprender) y encorvarse con b de burro (de Bravo). Gracias al visitante autonombrado Pato por la correción - ¿Será Moller convertido en mi conciencia ortográfica? Lo dudo -. Antes de eso afirmé que Carlos - el adorado Concho - me había llevado al aeropuerto en Chihuahua.

Wrong. It was Tijuana.

El cambio está hecho. Mi cerebro sigue igual de alborotado. Perdón.

4.12.03

Crónica de avión

Eran las 7.50 de la mañana cuando Carlos se estacionó frente al aeropuerto de Tijuana. Su Monza rojo - que, increíble o no, salió de una rifa - se veía realmente pequeño en comparación con las grandísimas camionetas con placas de California de la que bajaban números interminables de personas cargando bultos.

Yo no me quedaba atrás. Una maleta grande - con muerto adentro y todo -, dos bolsas de papel en la mano, mi omnipresente mochila negra y un paquete largo, un regalo sorpresa. Me empecé a poner nerviosa de camino, cuando me dí cuenta que traía una chamarra con sendo logotipo de otra compañía farmaceútica, que no eran mis clientes. Ya podía escuchar al sarcástico de C diciendo: "Uy, qué bonito, peque. A ver cuando te cambias de firma y pierdes esta cuenta". Total, tuve que preparar mi defensa mientras doblaba el cuello de la chamarra para que no se viera el logotipo. Me envalentoné y me escuché espetándole ante la mirada atónita de su gente: "Mira C., cuando me regales una chamarra de tu laboratorio entonces me dejo de poner la que tengo".

Qué patético.

Pasé el primer filtro y luego comenzó mi corto martirio. Es horrible, pero le tengo pánico al semáforo de hacienda. Alguna vez queriendo pasar la aduana en Belice un oficial bastante corrupto me quiso quitar mis comprar, como si yo no conociera mi franquicia. Triste.

Bueno, el punto es que empezó el suplicio. Adelante de mí, un hombre con cuatro maletas de mi tamaño. Y no exagero. Atrás, casi lo mismo. Mis cosas, hechas sándwich entre las de los dos. Llegué al semáforo y respiré - iba a ser casi imposible volver a meter todo en mi maleta si la abrían. Nada sucedió. Se iluminó el PASE en verde y pasé casi corriendo.

Documenté después de esperar en línea y ver la cantidad increíble de sobrepeso que pagan otros viajeros en su equipaje. Estaba segura - en mi egoísmo - que a mi también me iban a cobrar. Nada. Por alguna extraña razón, no rebasé los 25 kilogramos permitidos. Me quedé en el límite.

Subí a abordar. A los hombres delante de mi les costaba deshacerse de sus sombreros, les daba una pena terrible sacarse las botas y caminar a través del arco con sus calcetines raídos. Se ve en su manera de encorvarse, de pedirle disculpas a los oficiales de seguridad en todo momento quienes, dicho sea de paso, abusan. (Entonces me imagino: ¿quién quiere hacernos creer a los que vivimos en el DeFectuoso que los campesinos van a desnudarse a Paseo de la Reforma cuando les da vergüenza quitarse los zapatos en el aeropuerto).

La tripulación y algunos ejecutivos pasan rápido. Se quejan del retraso. Lo que no saben es que estamos aún más retrasados. El hombre del mostrador, mientras me hacía firmar ese sospechoso papelito en el que tomas responsabilidad sobre tu equipaje frágil, me aviso: "mire, señorita, su vuelo está retrasado por mal tiempo en la ciudad de México. Se va a retrasar un poco, pero todavía no sabemos cuánto".

La verdad es que en ese momento no quise preguntar. Teníamos el tiempo justo para llegar a México a una rueda de prensa y no me hacía ninguna ilusión que nuestro avión saliera mucho más tarde.

El aeropuerto de Tijuana es un hoyo negro. Es feo. Muy feo. No tiene nada, las tiendas son como de pueblo fantasma: con tres tristes cosas y todas llenas de polvo. Me percaté que están construyendo una zona más amplia, con más luz, pero estaba cerrada. La verdad es que me sentí tentada a brincarme la cerca y sentarme allá.

Me senté entre un montón de señoras que se quejaban de lo caro de las tortas en el aeropuerto. Una de ellas sorbía una sopa maruchan, envuelta en una cobijita. La acompañaba de un chico con botas de pitón y gorra de los Lakers. Respiraban todos tranquilos porque iban a salir a Guadalajara y esos vuelos sí estaban a tiempo. Volteé entonces a la pantalla. Los vuelos se habían retrasado entre tres y cuatro horas. Horror. Horror al crimen.

Me llama mi cliente. "¿Dónde estás? Está retrasado el avión. Hazle como puedas pero retrasa la rueda de prensa". Oh, Dios. Como si eso fuera posible. Corrí al filtro y me encontré con él y con, oh Dios - de nuevo - Ms. Sharpie. Miedo total. "¿Cómo ves? ¿Qué hacemos?" Explico que tenemos manos atadas en ese sentido. Deciden que nos vamos a ir de otra manera.

Por Cuernavaca.

Y empezó una vez más el viacrucis. Salte de la sala de abordar, reune identificaciones y boletos de todos los que cambian de vuelo, cambia el vuelo, redocumenta - rápido, porque el vuelo se va - vuelve a pasar aduana, filtros de seguridad y trépate al avión.

Una de las cosas que he aprendido cuando viajo a Tijuana es la enorme cantidad de gente de campo que viaja para allá. Que lo hace de acuerdo a sus costumbres: con bolsas, con "lonche", en bola. Me decepcioné mucho de la gente que venía conmigo cuando los ví rechazarlos de entrada. Me decepcioné de mi cuando, en lugar de atender a la señora que estaba junto a mi, muy nerviosa por el vuelo, me dí la media vuelta y me dormí.

El avión era una aventura. Nos dieron de comer un triste sándwich. Llegamos a Cuernavaca, yo platicando con la señora para curar mi conciencia. Nunca había aterrizado en un aeropuerto tan chiquito. La verdadera aventura fue recoger las maletas. Cientos de personas esperando, felices de ver a sus parientes. Cientos de parientes enloquecidos, queriendo llevarse sus cosas ya, encimados sobre las maletas. Terrible.

Equipaje rescatado - el mío venía completo, con todo y regalo sorpresa delicado por el que tuve que firmar (fiu) -, nos subimos en camionetas y salimos corriendo hacia México. Increíble, pero llegamos a tiempo para la conferencia. Me quisieron echar muchas culpas y ninguna la tomé. Ninguna de ellas.

- No me puedo quitar de la cabeza la cara de un niño, adolescente, que subió al avión solo, cuidado por la sobrecargo. Antes de despegar estaba llorando. Su cara era tan triste que me dieron ganas de llorar a mí también -.


Cronopio tan viajero

Siguiente parada, Monterrey. Una vez más, el discurso hasta el día de ayer era: "No te vas a quedar. Hacemos las entrevistas y te regresas". Adivinen qué. Estoy en un centro de Negocios haciendo tiempo en lo que se hacen las nueve de la noche.

Por lo pronto, hoy ya decidí que no voy a salir corriendo como loca peligrosa a comprarme algo "más decente" que ponerme. Me voy a poner esto que traigo, que también me pondré mañana. Seré una homeless corporativa, je.

La verdad es que ya hasta me duele la cabeza. Monterrey no es una de mis ciudades favoritas, pero estando en la tranquilidad de una sala de negocios tampoco puedo decir que la estoy conociendo mucho. Me tengo que salir de aquí.

¿Y porqué los millones de viajes? Estoy cumpliendo con un proyecto emergente de un cliente difícil. Bastante. Sobre todo molestoso. Pero ya mero acabo. Solamente hoy.

Extraño mucho al Duque. Quizá eso es lo que más me molesta. Y como él también está ahogado de trabajo, es imposible que nos veamos.

Triste.

2.12.03

Cronopio peligroso

Auxilio. Computadora sin acentos ni enies. Cronopio en la frontera. Increible lo que pueden hacer un par de kilometros por los jardines de una meseta.

Ya casi regreso. Extranio al Duque. Mucho.

Argh.