22.7.15

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Era como el #crazylocotour de nuevo. Mientras me preparaba la comida, recibí un mensaje de Luis, que me decía que estaría en la ciudad por unas horas. "Estamos en un restaurante que se llama Bazaar. ¿Le caes?". Era cuestión de terminar el almuerzo, ducharme y salir para allá. Lo de trabajar en casa a veces desordena las horas normales, por más que estés viviendo en un país con pautas claras en la agenda. "En un ratito llego". Un ratito. Ahorita. Uno sigue siendo mexicano siempre, siempre.

La última vez que vi a Luis fue hace unos diez años en una productora de audio donde ambos habíamos trabajado, en diferentes momentos. Antes de eso, habíamos estudiado juntos el último año de la preparatoria. Teníamos en común horas de discusión en clase, el escándalo del albercazo del último día, el sentimentalismo que le da a uno cuando tiene 18 años y siente que le toca hacerse grande. Gracias a las redes sociales, en los últimos años habíamos estado en contacto. Yo admiro su manera tan clara de hacer comunicación, su timbre de voz increíble haciendo podcast y su ánimo explorador. El año pasado fue desde Ciudad de México hasta la última punta de Alaska en su motocicleta y contó la historia de su recorrido - "Pa'l norte" - en blogs, videos y audios. Me pasó también un contacto para que comenzara (yo) a escribir de nuevo en una revista en línea mexicana. Vamos, que nos íbamos siguiendo la pista en la red... y un día descubrí que estaba metido en un concurso para convertirse en la cara de Harley Davidson dando la vuelta a Europa.

Gracias a su experiencia, su manera de ser, su pasaporte francés, su buen rollo, su manera de contar historias... consiguió el trabajo. Y tiene un par de meses recorriendo todo Europa, encontrándose con riders de Harley Davidson y contando la historia de su viaje, que es maravillosa. Nos encontramos hoy en el "behind the scenes". Sus cámaras no estaban, sólo su primo que había venido durante unos días. Y teníamos una hora para contarnos la vida de los últimos 20 años, más o menos.

Medio nos contamos la vida pero, sobre todo, nos miramos. Nos miramos con cariño, con el gusto que da encontrarse una cara conocida y saber que, después de todos estos años, ese otro está bien. No se necesita otra cosa, ni siquiera haber sido grandes amigos (nosotros no lo éramos): vale ese momento de conexión - porque te reconecta con quien eras y quien eres.

Discover More. Ese es el slogan de la campaña de HD bajo la que está trabajando Luis... y ha descubierto mucho, me consta. Sentados en un restaurante de la calle más hip de mi nueva ciudad, me hizo consciente que era mi primer visitante en mi nueva ciudad. Y eso, de alguna manera, me hizo sentir más en casa.

Descubrir más también es mirar a las orillas: justo en la esquina del lugar donde nos encontramos, hay un letrero luminoso azul con aquella famosa frase de Andy Warhol: "In the future, everyone will be famous for 15 minutes". Luis será famoso por mucho más de 15 minutos, para mi y para mucha de la gente que se cruzó en su camino. Y estoy segura de que este - que él llama el mejor trabajo del mundo - le traerá muchas más cosas de las que espera.

(Para seguir el recorrido de Luis, hay que ver el blog de Greatest Rides, seguirlo en Twitter y buscarlo por ahí... por ahí estará).

15.7.15

Abandonos

Los aniversarios me pesan como si fueran una loza: hoy hace un año estaba saliendo en un avión hacia Toronto para reinventarme. Y sí, me reinventé... pero no con el plan que estaba programado para la reinvención. Estoy sentada, mirándome la punta de los tenis y desconcertada - porque no, no puedo hacer mucho. Entre mis archivos, me espera la tesis. Salí a buscar dónde hacer ejercicio pero la lluvia me regresó a casa. Y aquí, que estoy bien, que tengo libros, netflix y otras maravillas del mundo moderno, parece que no pasa nada.

Pero sí que pasa. Pasa que este blog desde hace semanas o meses no habla en lo absoluto. Ayer escribí un texto y lo mandé a un concurso por disciplina. Corrí 5 kilómetros por disciplina. Hice tres comidas por disciplina. Y sin embargo, hoy la disciplina me abandonó. Se sentó conmigo mientras corregíamos una hora de la bibliografía y buscábamos una información y luego - la vi, claramente, salió a jugar bajo la lluvia de verano. Es igual de tupida que la de otros meses del año pero, como hace menos frío, casi parece disfrutarse.

Ahora me dedico desde mi sillón a mirar el sol. A ver si ponerme una nueva metodología, un nuevo método, llega a la reinvención. Muchas de las cosas que estoy intentando hacer no son nuevas y quizá lo que me pasa a mi es que estoy enferma de novedad. Quiero siempre que haya un elemento sorpresa en todo - por lo menos en la teoría. Pero quizá la reinvención que estoy pasando ahora es darme cuenta que la calma también me gusta, que adentro también hay cosas, que no tengo muchas ganas de salir a la calle.

Y cuando la disciplina me abandona y se sale a correr, tampoco es que vaya muy lejos. La estoy mirando desde la venta. Sé que pronto volverá.