15.3.05

Cerezas

Hoy volvió a haber huelga en los Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya. Eso quiere decir que tengo que esperar más de media hora para llegar a mi trabajo. Afortunadamente, tengo una ruta alterna: tomar la línea uno del metro y bajarme casi a dos kilómetros de la planta. Pero se puede caminar hasta allá sin problemas.

Y resultó que el cambio de ruta fue de lo más bueno. Al bajar del metro todavía tuve tiempo para hacer una gestión bancaria y entré a un pequeño restaurante a comerme un kebab. En la televisión, estaban las noticias. Preferí ignorarlas y concentrarme en el pan pita relleno de carne de ternera y ensalada que tenía enfrente.

Salí un poco tarde para el trabajo. Hacía un tiempo tan bueno, un sol tan calientito que hasta pude quitarme el abrigo. Me molestaba un poco en la cara, por las quemaduras sufridas en Andorra, pero sabe bien después de meses de frío. A un par de cuadras de llegar a la oficina, descubrí algo que hizo mi día mucho más brillante: un cerezo, en flor.

Señores, decididamente, está llegando la primavera.

12.3.05

Eran tantos

E iban en tantos trenes. Hoy, a las doce del día, salimos a la calle. Afuera de la escuela, unas trescientas personas guardamos silencio. Pasaron automóviles, autobuses y motocicletas. Una señora siguió comprando sus verduras en la tienda de enfrente. Y todos ellos ya no estaban.

Hace un año, mi mamá me pidió que ya no viniera a España - entonces eran sólo vacaciones. Hace un año, a todos les cambió la perspectiva. Desde hace más de siete días veo en la televisión cientos de imágenes de vidas interrumpidas por las bombas y por lo que pasó después de las bombas. En las revistas dominicales, nos miran los padres, los sobrevivientes. Siguen preguntando porqué. Sobre todo por qué.

Yo guardé silencio, en medio de los susurros. Al final, la pequeña vigilia terminó con un aplauso. Pauline y Valentine, mis compañeras francesas, me dijeron que ellas no entendían porqué la gente aplaudía. "Es un homenaje", les respondí. "Es por la certeza de que están en un lugar mejor". Al final, yo también me cuestioné los aplausos. Finalmente, todos formamos parte de la misma guerra.