27.2.04

Caso Sifuentes - bis

David Huerta publica este artículo en El Universal.

Muchas gracias.

También gracias a mi querido Benjamín que nos hizo eco desde Japón en su nuevo blog Demasiado Arte.

Por favor, sigan el caso en el blog de BEF. Ahí una explicación de porqué necesitamos recursos económicos.

Como diría el buen Dehesa: "Y usted... ¿qué tal durmió?"
Otra letra nueva - y el dilema de pertenecer a ella

Hoy recibí un correo corporativo sobre "tendencias del mercado" que habla de la "Generación C". No se trata de gente que haga o no yoga o que busque la trascendencia más allá de la vida misma. La C es de Contenido.

Según el texto: "El fenómeno de la Generación C captura el tsunami (olota) de 'contenido' generado por el consumidor que se está generando diariamente en la Red, con pedazos de texto, imágenes, audio y video".

Afirman que los dos principales impulsos detrás de esta tendencia son:
"1. Las necesidades creativas que cada consumidor posee indudablemente. Todos somos artistas, pero hasta ahora no habíamos tenido las vísceras ('tanates') o los medios para hacerlo público.
2. Los creadores de las herramientas creadoras de contenido quienes nos empujan incansablemente para que desatemos esa creatividad utilizando - por supuesto - sus cada vez más baratos instrumentos".


(Y bueno... Que me sentí parte de la masa. La tristeza. Me acordé del personaje principal de Inteligencia Artificial que cree ser único y diferente y... ¡mocos! Otros veinte millones igual que él listos para ponerse a la venta. Qué vamos a hacerle.)

26.2.04

La frase del día

Hoy el NYT reporta sobre cientos de casos de mujeres en el servicio militar de Estados Unidos, quienes han sido atacadas sexualmente por sus "compañeros" en misión. La Senadora Susan Collins, republicana del Estado de Maine, quien está trabajando para otorgar justicia a estas jóvenes, dio la frase del día, sin discusión: "Ninguna guerra llega sin costos, pero este costo debería venir de los conflictos con nuestros enemigos, y no a causa de violaciones flagrantes cometidas por nuestras propias tropas".

Collins tiene un punto: el problema es cuando la balas vienen del mismo frente. El que tenga oídos, que oiga.

23.2.04

Auxilio todos: liberémos al Chícharo

Un amigo entrañable, Gerardo "el Chícharo" Sifuentes, amigo de mis amigos más queridos, está en la cárcel. Yo estoy triste y me uno a la protesta. En este país la justicia sí es ciega... hay que preguntar quién le sacó los ojos. Más información en la página de mi querido BEF.

* * *


A Gerardo Sifuentes y Epigmenio León se les dictó auto de formal prisión. A continuación, el boletín de prensa que emitimos los familiares y amigos de ambos, según lo mandó nuestro querido amigo BEF.


México, D.F. a 20 de febrero de 2004.

El 12 de febrero de 2004, aproximadamente a las 03:00 hrs, Gerardo Sifuentes Marín, (30 años, escritor y becario del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes FONCA), y Epigmenio León Martínez, (29 años, escritor y funcionario de CONACULTA), fueron detenidos por dos elementos de la policía preventiva del D.F. La detención ocurrió en la calle de Tehuantepec, colonia Roma, entre las calles de Acayucan y Ures, a diez metros del domicilio de Gerardo Sifuentes. En el Ministerio Público no. 3 de la Delegación Cuauhtémoc, se les acusó de robar un par de espejos de automóvil, según consta en la averiguación previa CUH-7T2/240/04-02. El viernes 13 fueron trasladados al Reclusorio Norte, aproximadamente a las 22:00 hrs. El día de hoy, viernes 20 de febrero, la Juez Julia Ortiz Leandro del juzgado 42 del Reclusorio Norte, les dictó auto de formal prisión, por robo agravado.

El único elemento en su contra es la declaración de los dos policías que los detuvieron, quienes alegan haberlos capturado en flagrancia. Sin embargo, por un lado, existe un informe pericial que no aporta ninguna evidencia que sustente las declaraciones de los agentes policíacos; por el otro lado, las declaraciones de los testigos invalidan la versión de los agentes. Todo lo cual indica que los detenidos son inocentes.

Epigmenio León es comunicólogo egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, participó en la organización de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil de 1996 a 1999, fue guionista del programa radial Circo, maroma y libros, producido por el CONACULTA y actualmente se desempeña como Jefe del Departamento de Difusión de la revista Tierra Adentro, donde ha publicado diversos artículos. Es traductor del alemán y se ha desempeñado como jurado en varios concursos literarios.

Gerardo Sifuentes es ingeniero electrónico industrial, titulado por el Instituto Tecnológico de Puebla. Ha obtenido diversos premios internacionales y nacionales de narrativa. Ha publicado los libros Perro de luz y Pilotos infernales. Actualmente, es becario del Programa Jóvenes Creadores, en el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, en la especialidad de cuento y se desempeña como redactor creativo, en la agencia de publicidad Interbrand Internacional.

Por todo lo anterior, este hecho significa el encarcelamiento injusta y arbitraria de dos destacados miembros de la comunidad intelectual.

BEF - y muchos otros - agregamos:

Estos son momentos muy difíciles para Epigmenio, Gerardo, sus familias y los que los queremos. De nuevo, apelamos a su solidaridad. Estamos preparando una carta abierta para la que solicitaremos las firmas de quienes quieran apoyar la causa. Subiré el texto de la misma en cuanto esté redactada. Por lo pronto, quienes quieran rubricarla háganme llegar por e-mail (bef@besamemucho.com.mx) la autorización para incluir su nombre.

Por otro lado, se requerirá mucho dinero durante este proceso. Se ha designado a Adriana Quijada Martín, amiga de Sifuentes, como tesorera. Rogamos depositar su ayuda a la cuenta de ahorro Bancomer 1250578401 a nombre de Adriana. Cualquier ayuda será valiosísima.

Hagan circular esta información, péguenla en sus blogs, en sus webpages, ventílenla en los medios locales los que no están en el D.F. Que se sepa de esta injusticia. No nos quedemos callados, dos amigos inocentes están en la cárcel.

13.2.04

Resumen semanal a manera de telegrama

Que mi tiroides no sirve bien (punto) Casi muero atropellada al caerme a la mitad de Ejército Nacional (Punto) Tengo un morete en la rodilla (punto) Raphaella está feliz con su Jordi (punto) Sonríe mucho y extraña los tacos deloquesea (punto) Alberto tiene gripa (punto) Primo me causa una alergia espantosa (punto) Pero aún así le conseguimos un plato de Whiskas (punto) Queremos tanto a Rax (punto) Y también a Glenda (punto) Cortázar cumplió 20 años de muerto (punto) Nos hubiera gustado conocerlo (punto) Cronopio cronopio cronopio (punto) Mi Guera cumplió 26 y mi papá 52 (punto) Se rompieron mis hojas de otoño (punto) Me gustó la peli nueva de Linklater (punto) Hoy comí sobras de otros (punto) Estaban buenísimas (punto) Tengo una junta y voy tarde (punto) Escribí mientras debía de estar trabajando (punto) Esa es una buena novedad (punto) Que amamos al Duque (punto) Profundamente (punto) Y eso no es novedad (punto)
Dos líneas

La desesperanza se siente verde


... y yo, vestida de morado en medio de la calle.

4.2.04

Málditos vampiros inútiles

Esta mañana, fuí a la casa de los vampiros inútiles. Todo tan pulcro, tan blanco, tan exageradamente irreal. Entras a la casa de los vampiros inútiles y te preguntan que porqué te van a sacar la sangre. Es necesario que llegues con una hoja de petición firmada por un doctor o conozcas bien cuáles son las letras:

"Estimado señor X: Le ruego que le saque a la señorita Y las respectivas dosis de sangre. Suyo, Z".

Y bueno. Que llega uno. Después de una noche de insomnio, hay que fingir valor. Fingir que no nos importa ser agujereados. Además... ¡uno paga por que le quiten la sangre! ¿Tiene eso alguna clase de lógica?

Esperé durante mucho tiempo. Llegó el momento y yo, amable, me descubrí el cuello. ¡Pero no! Me sentaron frente a un banquito cubierto de azul, tomaron una jeringuilla ("todo el material es estéril y desechable", dijeron) y tres tubos, tres ENORMES tubos de ensayo. No pude ver. Me descubrí el brazo. Mientras lo hacía le dije a la señorita vampiro - muy mona en su uniforme, con cara de malvadez - "por favor, con cuidado. Soy MUY gritona".

Cerré mis ojitos. Sentí como los tubos de ensayo al vacío sacaban mi sangre como si fueran vampiros de verdad. Uno. Dos. Tres. Y luego el ligero ardor del alcohol sobre la herida.

Cinco minutos después, una vendita descansaba sobre mi brazo. La verdad sea dicha, no me dolió tanto. Lo que me duele es que desperdicien la comida. Sacar sangre para jugar con ella es francamente una abominación.