Sorpresa acentuadora
¿Sabían que la Real Academia ya decidió quitarle el acento diacrítico a sólo que substituye a solamente? Ahora, todos los solos estarán ídem sin sus acentos.
Lo más triste en realidad es el caso de los acentos. Cada vez más de ellos acaban en el viejo cajón de escribidor que nadie volverá a abrir. Olvidados y tristes, se mirarán unos a otros, se preguntarán si sus vidas realmente eran tan insulsas. Recordarán nostálgicos aquellos años en los que se gastaban tiras y tiras de corrector de máquina de escribir en removerlos cuando habían sido puesto en vano. Porque aquellos buenos acentos que eran retirados de los textos morían sí, pero con el honor de haber estado en la batalla.
Ahora, los acentos que habían sido creados para diferenciar el sólo que significa solamente, yacerán olvidados. Nunca se les llamará. No habrá ninguna razón para su existencia.
Pobres. Por eso, y sólo por eso, yo seguiré acentuándolos.
Ahora, pregunta sincera: ¿Alguien sabe porqué esos dignos acentos que resurgieron de sus cenizas como el ave fénix para acentuar a las mayúsculas son olímpicamente ignorados por la mayoría de los tipos de computadora? Como dice mi gran jefe, es la peor de las esquizofrenias: Word te marca incorrecto cuando no las pones pero no aparecen cuando imprimes los documentos. Qué tristeza.
Otra pregunta: ¿Cuántas personas en el mundo sufrirán, igual que yo, el mal de cantar los acentos? "A-cen-tu-án-do-las" - tuve que decir sonoramente ante la mirada atónita de mis compañeros de trabajo mientras remarcaba cada sílaba con un golpecito en mi escritorio. Gajes del aprendizaje.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario