Escuché su voz hace un ratito. En un mensaje que me había dejado en el contestador. Y me calmó de inmediato. Porque estaba sonriendo. Sí, aún por el teléfono, uno puede saber cuando tu interlocutor sonríe.
Como una valiente me cargó en su cuerpo jovencísimo de 24 años de arriba a abajo de la Ciudad de México, con una añoranza importante de ir a Guadalajara. Me tejió chambritas, me cantó, me pensó por las noches. Luego me parió después de horas y horas de trabajo. Encontró mi nombre y decidió cómo se escribiría. Me dio besos y me enseñó muchas cosas - como por ejemplo como mirar en el detalle, como amar a través de los actos, la cocina, los silencios.
Y es la primera mujer de mi vida. La primera que, en exclusiva, me tuvo para ella durante nueve meses. Después me compartió con su madre, sus hermanas, su suegra, las mujeres de su familia política, las vecinas, las maestras, las compañeras de la escuela, y todas con las que me he encontrado a lo largo del tiempo.
Me llamó esta noche, mientras yo estaba en la ducha, para desearme un feliz día de la mujer. Porque como yo - o más bien, yo como ella - no se olvida de nada. Es una fanática de las fechas.
Cuando trabajé con los chinos aprendí que este día, el 8 de marzo, es el día de "la mujer trabajadora". Y estoy rodeada no sólo de mujeres trabajadoras, sino magníficas. Mi madre, mis abuelas, mis tías, mis primas, mis hermanas postizas. Una parte importante de mi familia en Barcelona son las amigas que he hecho y que se han convertido en una especie de potentísima red de seguridad.
Por aquello del subconsciente colectivo, ayer alquilé una película (The Women) que ví hace un rato. Tiene una característica simpática: no sale ningún actor. Utilizando la palabra actor como masculino. Sólo un bebé por ahí, pero sólo eso. Según el IMDB, la película se considera tan mala que todo su cast estuvo nominado a los Razzies - los antióscar. Pero bueno, no ganaron. Y me dio risa que yo acabara viéndola en el día internacional de la mujer.
Aprovechando el viaje: se trataba de darle las gracias a las mujeres de mi vida. A las que están ahí y me enseñan a ser lo que soy. Y felicidades, por aquello de que me gustan las fechas.
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