En
realidad, los domingos son el día que comienza la semana – hay incluso muchos
calendarios que lo marcan así. Del otro lado del mundo, en Qatar, mis amigos
que han encontrado allá donde trabajar, trabajan. Y los que tenemos proyectos
que no se miden con el horario normal, también.
Me
desperté aún con la resaca, a las 6 de la mañana. Quería, más que nada en el
mundo, un hotcake. Así que con la resaca del viernes, me levanté, hice masa y
cociné dos pancakes, que comí con un vaso de leche y un chorro de miel de
maple. Después, me hundí de nuevo en la cama. A las 8:30 que desperté, de
pronto me di cuenta que podía escribir de nuevo. Y lo hice hasta mediodía,
hasta bajar a comer con alguien que me contó una noche maravillosa de sábado.
Por un momento, pensé que me hubiese gustado ahí – por otro, me pareció bueno
que ella haya tenido su momento y yo, mi hotcake.
Después
de la comida, caminé por las calles de la ciudad con los turistas que no tenían
familia en donde comer. En lugar de hacer compras, subí al metro y regresé a
casa. Al intentar encender la televisión, me di cuenta que el control remoto
falla y con la mudanza ya no tenía una caja con baterías para cambiar. Hay una
razón por la que a veces todos acumulamos cosas: en el fondo, no nos gusta
esperar a resolver cosas puntuales. Como la cuestión de un control remoto sin
batería.
La
tesis: terminé de corregir en papel y comencé a hacer las correcciones en el
texto final que irá mañana, lunes, a mi director.
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