26.8.15

Lo que hay que aprender (88)

Después de los gintónics tocaba volver a la vida real – eso es, a la tesis. Quedé de verme con mi director de tesis pero antes tenía que escribir algunos blogs, pensar qué iba a decirle. Tanto tiempo ajustando expectativas sobre un tema que ya no sabes qué decir… o no sabes en realidad que hacer.

Llegué a su oficina y nos contamos las mínimas del verano. Y luego me comenzó a contar las cuitas de director de tesis en cuello de botella: prevé que en los próximos meses ocho doctorandos intentemos graduarnos. Intentemos. Palabra clave. Junto a sus libros, una tesis doctoral de 750 páginas que me da, francamente, susto. ¿Cómo escribir 750 páginas, si yo con 150 estoy sufriendo y siento que doy vueltas sobre el tema? “Es normal que sientas que das vueltas. A veces las tesis parece que funcionen así, como espirales”. Está contento de que esté escribiendo en español… y quiere que le mande las cosas. “Ya veremos cómo va…”

Como estaba nerviosa y no sentía que me estuviera dando muchos ánimos, comencé a hablar… y a hablar… y a hablar… De pronto me di cuenta que estaba monologando en angustia, por no pensar en lo que tenía que escribir. Quedé de mandar algo esta semana. Algo… sustancial.

Después de la reunión me esperaba un poco de trabajo y una visita con mi ahijado, que está cada día más grande y fuerte. Tenía casi mes y medio sin verlo… así que me sorprendió mucho. Un mes y medio es un cuarto de su vida… son muchos cambios. Hablamos durante la comida con sus padres y después me quedé ejerciendo de madrina un ratito. Recibí pocas instrucciones pero básicamente era: si empieza como a llorar, es que tiene sueño.

Después de divertirse mucho con mi cabello y reírnos un rato de pronto comenzó medio a llorar. Lo llevé a su cama tres veces, sin éxito: la última vez lo vi cómo luchaba. Me acordé de mi misma cuando intento dormir y no lo consigo. La desesperación de no saber por qué no logras hacer algo que en teoría sabes cómo hacer... Y si un adulto se desespera…


La tesis: pensé sobre la tesis. Algo trabajé. Mínimo. Pero me di cuenta de otra cosa más: lo peor que me podría pasar es que me extendieran la fecha límite. Entonces sería extender otra vez esto… y para qué.

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