19.8.15

Los sabores (95)

No sé cuándo me empezaron a gustar las aceitunas - supongo que es una cosa como la que sucede con la cerveza. Un día dejé de detestarlas para que se incluyeran en mi lista de la compra, sin darme cuenta. Mientras termina de cocerse la cena, revoloteamos alrededor de un platito de plástico con aceitunas, ajos y aceite. Y hablamos de cómo son buenas y cómo no a toda la gente le gustan. Son, al final, un gusto aprendido - no necesariamente relacionadas con nada, sólo un sabor aprendido.

El "menú infantil" (y la mano señalándolo)
Al final, la cena está lista. En la mesa, patatas fritas delgadas, puré de manzana, pollo adobado y bimi, una verdura africana que se parece mucho al brocoli, pero no es. Tomamos fotos de la mesa ante las risas del cocinero. "¡Pero si esto es un menú infantil! ¿Por qué quieren tomar fotos?". Nos reímos y comemos con ganas, con muchas ganas, el menú infantil. Cuando la temperatura cae afuera, algo caliente sienta tan bien... Y hablamos de las cosas que nos gustan, del pollo que no está seco, del puré de manzana con canela y nueces, de las patatas fritas con salsa. Aquí, como contaban en Pulp Fiction, se comen con mayonesa. He aprendido a que la mezcla me gusta, pero yo sigo sacando ketchup y mostaza amarilla clásica. Cuando me pongo la mezcla en la boca, si cierro los ojos, regreso a Plaza del Sol en los ochenta, a las papas a la francesa en las canastitas de plástico, con mostaza y ketchup, con los granos de sal.

Son esas cosas que lo hacen a uno feliz. Y lo que nos pasa a nosotros no es que nos guste algo en particular: nos gusta la comida y es un festejo poder comer algo, en compañía.

La tesis: avancé un poquito. Creo que empiezo a encontrar sentido en algunas frases, en algunos párrafos. La bibliografía parece tener más cuerpo. Pero no termino el primer capítulo - cuando miro todo lo que estaba escrito en inglés, vuelvo a preguntarme si estoy haciendo las cosas bien, si es una buena decisión esta nueva versión. Pero siempre he dudado, así que simplemente hay que terminarlo. Y a las cuatro de la tarde mi cerebro está frito. Estos días me doy cuenta lo poco efectiva que me hace el multitasking y como esta tesis necesita todo el tiempo que pueda darle, pero absolutamente concentrada y sin demasiada angustia.

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