Desde hace días no hago más que ver en los noticieros y los diarios la noticia de la carne de ternera mezclada con la de caballo en alimentos preparados. Grandes conglomerados de alimentos preparados han tenido que retirar de los supermercados lasañas y otros platos con carne de "procedencia dudosa".
Mientras tanto, en el mismo país - y en muchos otros - hay gente que pasa hambre.
Mi abuelo trabajó durante un tiempo en el matadero. Decía que, entre otras, la carne de caballo solía ser mucho más sana que incluso la de ternera. Quizá más fuerte en sabor y más fibrosa, pero en general los caballos no estaban tan dopados para el crecimiento como las terneras mismas. Además, en México, donde la carne de dudosa procedencia es REALMENTE de dudosa procedencia, comer caballo es, probablemente, un mal menor.
Y así, cuando veo a alguien en las calles pidiendo comida y pienso en las miles de bandejas que están siendo retiradas (y muy probablemente destruidas) por tener carne de caballo, me imagino a mi abuelo sacudir su sombrero con desaprobación. Y lo imito.
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