24.10.03

Resumen
(de porqué no escribo cuando no escribo)

Hoy me costó mucho trabajo levantarme. No quise hacer de desayunar. Me negué en redondo. Llegué tarde a la oficina porque se descompusieron los elevadores y tuve que subir los diez pisos trepada en mis tacones de aguja. Me duele aún. Abrí mi computadora y nadie se había muerto pero Costa Rica estaba histérica por la reunión de principios de noviembre. Mandé un correo, me desayuné un tamal verde, el Cosas me regaló una pluma muy linda y salí corriendo a la Torre. Encuentro de intensos. Aprobaron uno de mis proyectos y fuí muy feliz. Nos ofrecieron América Latina y fuimos aún más felices. Salimos después de las 12. Mi patrona manejaba su auto negro y comía una barrita muy sana. En la oficina, reinaba el caos. Mis tres hijos se me subieron a las barbas. Finalmente los calmé. Tendré que estar en Costa Rica una semana para arreglar el caos (ah, el sufrimiento). No toda la gente me contestó el teléfono como debía el día de hoy. Hice reservaciones para muchas cosas. Mi jefa anunció que se va a Egipto. Mi patrona me corrigió un boletín y me acaba de plantar. Tendré que tomar un taxi. Me invitan a colaborar en una revista. Leo algo y me siento profundamente insultada. Me niego a insultar de regreso al insultador. Respira, idiota, respira. Tengo que cambiarme y llegar a clase a las ocho (Inhalo, atrás; exhalo, adelante).

Ya lo dijo James: "Muñeca... no me interesa que hagas Pilates. Es lógico en tí. Mejor cómprate un BMW y llévame de paseo". Pretencioso y groserito. Pero sabe que lo quiero y por eso se dá el lujo de decir eso.

En otras noticias:
- Fiesquito y yo nos estamos poniendo mal. O ese alguien que nos molesta le baja de espuma a su chocolate o... quién sabe. Tampoco es como que pudiéramos hacer mucho.
- Benjamín me presumió que va a ser una invitación para la Exposición Anual de Obra de Artistas Extranjeros en Kyoto. Me dio como el orgullo.
- El sábado me van a llevar a conocer la Base de Mantenimiento. ;)
- Me entero que Incannus estaba enfermo y me preocupa. Habrá que hablarle.
- El TEP se acordó de mi. Me hablaron para hacerme una entrevista y hasta me sentí importante.
- Recibí una invitación la mar de linda. Y un pie de plástico (de esos para asustar gente). Y un abrazo cibernético. Y un pisón de orgullo, también cibernético... al final, me queda en la boca ese sabor agridulce de estar cumpliendo con mi aristocracia y olvidando por completo mi labor de mercenaria.

Sucede.

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