Qué dolor, qué dolor, qué pena
Tengo toda la intención de contar una historia por demás triste, pero hay algo que me ha puesto a pensar. La visita a la Gran Manzana -sin torres- se vió frustrada porque en el mismísimo momento de subirnos al avión el Duque descubrió que alguien le había robado (o había perdido) su visa y pasaporte. Los gringos, tan amables, no nos iban a dejar pasar por lo que no nos fuimos.
- Tengo que confesar que cuando iba a despegar el avión, me inventé un pretexto y corrí. No quería protagonizar un momento Candy, Candy enfrente del muy amable joven del mostrador -
He sospechado de todo y de todos cuanto he podido. De pronto, me ha llegado la iluminación cuando me hice una autovisita al blog. Creo que alguien me está saboteando.
Y usted... ¿sabe dónde está Deíctico? Tendremos que preguntarle a Rax y a Chema. ¿No será que va viajando por el mundo disfrazado del Duque? Bueh... no lo creo. El Duque se viste usualmente de banquero, no de pinguino. Pero igual, si ven un pinguino en el aeropuerto por favor, reténganle sus papeles. Qué se me hace que se fue a buscar lo que quedaban de las TGs.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario