Hace pocos días, Matiana y yo descubrimos que estábamos leyendo el mismo libro e íbamos casi por las mismas páginas. Consecuencias supongo de estar sumidas en Murakami, como la mitad del mundo occidental. Un poco tarde - en estos tiempos de Larsson - pero el japonés suele ser atractivo para cualquiera que lo toca. Resultó que de entrada no nos dimos cuenta que era el mismo porque yo lo tenía en inglés y ella en español (y el nombre, por un capricho de traducción, cambia) pero era el mismo.
La primera vez que intenté leerlo también coincidí con otras dos personas queridas. Pero entonces no pude concentrarme en la narración de los amores adolescentes de Murakami. Ahora tengo pendiente Kafka en la Playa. Sobre todo porque me dijeron que tiene un personaje que puede hablar con los gatos. Y porque estoy en la playa y alguien lo está leyendo. Y porque esta mañana, mientras preparábamos el desayuno bajo una leve lluvia de verano, descubrimos que un gato negro - al que yo sin duda llamaría Kafka - estaba sentado bajo la veranda, junto a la piscina, como esperando. Y volteó a mirarnos con ojos profundos y no se inmutó.
Seguramente él también está de vacaciones. Y, como personaje de Murakami, si se inmuta, no lo deja traslucir.
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2 comentarios:
wow que emocion, podrias darme nombres de los relatos de murakami? yo solo se de ella por los mangas =/
gracias de antemano
Hola Eiri: Nos enfrentamos a un extraño caso de mismo apellido japonés. Supongo que Murakami a lo mejor en Japón es algo así como López - pero la verdad es que no sé. El Murakami del que yo hablo es un señor ya más mayorcito (1949) que se llama Haruki. Está editado en español por Tusquets. El Murakami del que supongo tu hablas se llama Takashi y es ilustrador, nacido en el 62. Los datos son cortesía de Wikipedia. Saludos!
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