9.1.08

Postal

En la estación de trenes, en el andén que va al aeropuerto, a las ocho de la mañana, un padre joven – latinoamericano seguro – azuza a sus dos hijos (uno como de ocho años, otro como de tres), para que caminen más rápido. El grande lleva un ramito de tres rosas rojísimas en la mano. Por la hora, deberían de estar en la escuela. Por la emoción que hay en sus ojos lagañosos y adormilados, van a recoger a su mamá que regresa a su nueva y verdadera casa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Uh, me imagine a los niños y me dieron una ternura inmensa...no sé por que pero lloré cuando me los imaginé. No tengo hijos ni mi mamá vivió lejos cuando fui niña.
La postal no es triste, pero da para imaginarse mil historias de inmigrantes...y eso sí he sido... soy. y soy yo también la que tiene una hormono floja...
tita

AC Uribe dijo...

Tita: Gracias por la visita. Yo vivo con la hormona floja. Y sí, todos los que hemos emigrado sabemos ciertas cosas... e imaginamos otras. Un abrazo para esa hormona!