23.10.07

Parábola de la pierna (en clave de House)

En aquellos días, una pareja con grandes problemas caminaba por las calles de la ciudad. Envueltos por el trajín de los turistas, discutían la conveniencia de volver a estar juntos a pesar de los pesares. Se detuvieron en una avenida para esperar el cambio de luz.

- Es que te quiero - decía ella - pero es como si tuviera una pierna enferma que me duele mucho desde hace tiempo. Por fin decido que me hagan la curación pero es lenta y dolorosa. A mitad de la curación, me encuentro con dos opciones: cortarla de un tajo y dejar de sufrir o someterla a otro tratamiento que puede salir bien o mal, en casi igual proporción. Pero si sale mal toca cortarla después, haciendo más dolorosa la pérdida.
- Pues sí - replicó él. - Pero es tu pierna. Es parte de tí. Ha crecido contigo. Y aunque esté enferma la podrías llevar por ahí para darte soporte, aunque te quejes. Algo así como lo que le pasa a House. Que le duele muchísimo la pierna pero la lleva porque es suya.
- Claro. Pero para soportar el dolor, House se ha hecho adicto a la vicodina. Y va por la vida maldiciendo... ¿te parece alentador eso? ¿en serio?
- Pues no. La verdad es que no.

El semáforo se puso en verde y cruzaron la calle. No se tomaron de la mano. A ella se le sumieron un poco más los hombros y él bajó la cabeza. Podría ser a causa del viento frío que ya recorre la ciudad anunciando un invierno irremediable. Podría ser.

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