Terminator vs the IRS
Basta de popularidad cinematográfica como medio infalible para ganar en las elecciones californianas. Ahora lo más in es hablar de impuestos.
El adoradísimo Arnold, en sus primeros intentos por apelar al logos de los californianos, lanzó este incendiario discurso:
"Siento que la gente de California ha sufrido lo suficiente. Desde el momento en que se levantan en la mañana y le bajan al baño ya les están cobrando impuestos. Cuando compran un café, les cobran impuestos. Cuando se suben a su automóviles, les cobran impuestos. Cuando van a comer, les cobran impuestos. Y esto sigue todo el día. Impuestos. Impuestos. Impuestos. Impuestos. Impuestos."
¿Acaso este discurso nos suena familiar a los mexicanos? Digo, yo me acuerdo de aquellos espectaculares de "No dejaremos que se cobre IVA en alimentos y medicinas" y otras declaraciones similares.
En concreto, espero que este ataque de rampante populismo del enorme Arnold no se les vaya a la cabeza a nuestros queridos legisladores y, en una muestra más de los extraños mecanismos que convierten a México en el país líder en hacer patente aquello de que "la realidad es más increíble que la ficción", encuentren una extraña relación lógica que diga algo más o menos así:
Si sujeto (en este caso Arnold) es igual a artista de cine es igual a defensor de los derechos de los contribuyentes que no quiere que nadie pague más impuestos; entonces un defensor de los derechos de los contribuyentes que no quiere que nadie pague más impuestos es igual a artista de cine es igual a sujeto (en este caso yo, legislador).
Antes de que se les ocurra, de nuevo, acuérdense que no funciona. Nuestros más doloridos recuerdos con don Felix Salgado Macedonio (RIP, politically, at least... por el bien de todos).
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