(Esta es la respuesta que le dí a un amigo querido que me manda los forwards sobre el Voto Nulo que están circulando en México: no pongo el forward inicial porque está todo escrito en mayúsculas, pero es el que asegura que con un 20% de voto nulo se anularían los comicios).
Paquito:
Me estás poniendo a trabajar. Estoy ahorita revisándome la Ley Electoral, porque según yo no hay manera de declarar la elección nula, sobre todo si puedes contabilizar algunos votos. Cuando encuentre bien la regulación, te lo comento.
(unas horas después ;))
A ver, revisada la regulación. Tenemos democracia simple, esto es, gana quien tiene el mayor número de votos. Si hay más votos nulos que para el primer partido, igual gana el primer partido - se contabilizan los votos que se puedan. No se anulan ni casillas, ni distritos, ni elección. Simplemente se da el gane a quien tenga más votos "efectivos".
Se consideran votos nulos, según la ley electoral:
a) Aquel expresado por un elector en una boleta que depositó en la urna, sin haber marcado ningún cuadro que contenga el emblema de un partido político; y
b) Cuando el elector marque dos o más cuadros sin existir coalición entre los partidos cuyos emblemas hayan sido marcados (cité literalmente)
Sin embargo, el argumento que utiliza este mail entonces es parcialmente cierto. No se va a anular la elección. Sin embargo, sí que es cierto que los partidos chiquitos tienen que obtener por lo menos el 2% del voto total en el país para que se les mantenga el registro. ¿Esto qué quiere decir? Que con el voto nulo, en donde las personas no voten por los partidos chiquitos, estos van a perder el registro. ¿Riesgo? Que refuerzas la hegemonía de los pocos partidos en el poder.
La otra cosa que es parcialmente cierta de este correo es sobre la financiación de los partidos. Una vez que estás registrado frente al IFE como partido, tienes derecho a recibir una lana al año para financiar tus actividades de partido político. Digamos que el presupuesto del IFE es X. De esta X, el 30% se reparte a los partidos de manera igualitaria. El 70% restante se les otorga en función de los votos ganados en la elección inmediata anterior. Los años que hay elecciones, los partidos reciben exactamente el doble (como un aguinaldo, digamos) para sostener los gastos de campaña.
Conclusión: el voto nulo es una elección válida en el sentido de que no estás absteniéndote y te estás presentando ahí a no elegir para mostrar tu "descontento". Sin embargo, este descontento no se capitaliza en ganancias para nadie más que para los partidos grandes que, teniendo su voto duro, conservarán su posición de poder como hasta ahora. Los partidos grandes tampoco perderán financiación - más bien podrían ganar más, por la regla típica del "entre menos burros más olotes".
Osease Paquito, que o nos ponemos y hacemos movimientos sociales, nos colamos en los partidos o hacemos los propios, o no podemos generar realmente un cambio en el clima y comportamiento político del país. Las leyes electorales y las leyes en general son diseñadas y aceptadas justamente por los legisladores, por lo cual si evitamos elegirlos con cuidadito nos arriesgamos a que se pasen otros tres años sin generar nada que sea realmente bueno para el avance de la población.
Celebro que se abra la discusión, que más personas tengan un interés en la política del país y que, por lo tanto, crezca la cultura política - ese interés por indagar y saber qué y cómo se hace en nuestro país. Sin embargo, temo que esto de la promoción al voto nulo (sin tomar en cuenta las múltiples teorías de la conspiración) sea una actividad generada por la cercanía de las elecciones que no tendrá más eco que una especie de replica en 2012, sin que en el ínter nadie haya hecho nada para ofrecer "nuevas opciones". El hacer política de emails, artículos de opinión y grupos de Facebook es muy fácil (mírame a mí, despotricando desde el otro lado del océano), pero no genera cambios reales a menos de que demos el salto de la virtualidad a la vida cotidiana.
No voy a respaldar a Kahwagi y compañía en el dramón de "toda la sangre derramada por el voto será desperdiciada". No. Finalmente - afortunadamente - no se está llamando a la abstención. Sin embargo, de verdad, con todo el dolor de mi corazón y con todo lo poco cool que pueda resultar, no estoy a favor de anular el voto. Estoy a favor de una participación responsable y continuada. Desde mi punto de vista, esto de anular el voto es como aquel que hace oídos sordos a las necesidades sociales y cuando va al súper compra "Un Kilo de Ayuda" y se queda tan tranquilo y le sigue pagando una miseria a la señora que ayuda en su casa. Ojo, comprar Un Kilo de Ayuda no es malo. Pero es un poco terrible cuando sirve como una aspirina para la conciencia social. Me pregunto si el voto nulo no es una especie de aspirina para la conciencia política, cuando alguien dice: "yo ya les dije que me parecen unos sinverguenzas".
Ya. Como si a los sinverguenzas esto les cambiará mucho la vida.
En fin, Paquito, que agradezco que me compartas los argumentos que pululan por allá. Yo, acá en mi autoexilio, no votaré esta vez. Pero, desde mi tribuna electrónica, me encantará decirle a la gente que vote, y que se acuerde a quién vota y que lo fiscalice después. Que vote por la persona, pero también por el partido. Que elija. Ya sé que es horrible cuando el menú no es muy amplio o muy apetecible. Pero toca elegir. "Mojarse", como dicen acá. Y darle seguimiento a tus derechos como ciudadano.
Te mando un abrazo grande.
C.
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1 comentario:
Gracias por poner las cosas en blanco y negro. Ha sido muy oportuna mi lectura de tu post, ya que estoy entre la abstención y el voto y aún me causaba cierta tentación el anularlo.
Saludos desde un convulsionado México.
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