Ayer - medioenseriomedioenbroma - escuché a alguien decirme qué cómo se me ocurría pasar de lo "bucólico" a una especie de encaprichamiento político del que no es fanático nadie. Que mis largas peroratas a favor del voto no tienen qué hacer en el blog. Que qué es lo que me sucede, que desde cuándo me considero analista política.
Es muy probable que esa persona - no está demás decir que tremendamente querida para mí - lea este post. Y se dé cuenta, como quizá se dan cuenta otros que son lectores, que a pesar de que me cuesta no censurarme, intento no hacerlo.
No sé a qué "género" pertenece este blog. Si es periodístico o literario. O para qué sirve. Al final, después de un tiempo, he llegado a la conclusión de que es una cruce entre diván de psicoanalista y cuaderno de notas.
Y me gusta mucho - ni mi ego ni yo lo negaremos - que me lean. Que la gente me diga que les gusta tal o cual cosa, que leyeron blah, blah, blah. Pero no es mi objetivo último en la vida. Digamos que mis sueños de grandeza a veces están ensombrecidos por la rapidez de mi cotidianidad. Y que no soy lo suficientemente concentrada y ambiciosa (qué pena, ya sé) como para bajar de la nueve y decir que quiero ser, no sé, la siguiente gran opinadora del ciberespacio y tener 11 mil lectores diarios. Al final, ni siquiera es importante.
Este post es una verdadera pataleta - para reclamar este espacio como mío. Son bienvenidos aquí todos los que quieran leerlo, a quienes les guste ver qué es lo que pasa por mi cabeza. Quien aquí escribe no es, para mi fortuna, un personaje externo a mí. Es quien soy. Cuando estoy en "sociedad" tiendo a evitar el conflicto y no hablar de temas "incómodos" con gente que sé que no los tomaría del todo bien. No hablo de sexo con mis papás, ni de política con mis amigos políticos, ni de fútbol con mi hermano. Pero en este blog hablo de todo porque no le habla a nadie en particular sino a la masa aforme que considero como público lector. O mejor aún: le habla a la que seré en unos meses o años y que se quiere acordar de qué estaba pasando por mi cabeza - qué me sorprendió, qué me cambió, qué me dejó pensando.
Así que dejémosme que tenga la libertad de guardarme para mí misma cualquier idea en formato público. Es parte de este ejercicio absurdo de mi día a día.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
3 comentarios:
Un honor formar parte de la masa aforme lectora.
Un fuerte abrazo. :)
Ash, que te valga madre. ¿Cuál es el encanto de tener un blog si no es el de poder decir y misa a diestra y sinestra?
Jajajaja... gracias, Lilián. Nunca mejor expresado.
Publicar un comentario