2.11.07
El huerto
Siguen mal los trenes de cercanías y mi trayecto de casa al trabajo se ha duplicado, por lo menos. Como no puedo hacerme a la idea - sobre todo en las mañanas - de ir cambiando de medio de transporte en medio de transporte, he tomado la decisión de subirme a un autobús que hace como hora y media pero me deja relativamente cerca de casa y de la oficina. En el trayecto, complicado como el que más, visitamos todos los días el aeropuerto, pero sus entrañas. El autobús entra por el mismo sitio donde entran los taxis: un enorme patio donde están esperando que los llamen. Los taxistas están haciendo veintemil cosas para quemar el tiempo: juegan póker o ajedrez, leen, escuchan el radio, platican... y hay algunos cuantos que decidieron tomar un pedazo de la "zona verde" y reconvertirlo en huerto. Junto a los cientos de taxis, las hortalizas crecen a paso firme.
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1 comentario:
Jopetas.
Yo paso por ahí de vez en cuando.
Ya me había fijado en el huerto y en una pintada al otro lado que pone NO MEAR EN EL MURO.
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