Según un artículo en el New York Times de hoy, el doctor House tiene razón: todo el mundo miente. Nuestra capacidad de negación es básica para vivir en un grupo social y nuestra inventiva alrededor de nuestras relaciones son las que las hace más ricas. Literalmente: "hay estudios que han encontrado que las parejas que se idealizan (aunque sea mintiéndose - nota del traductor) tienen más probabilidades de permanecer juntas y reportar estas satisfechas con su relación que las que no".
O sea que se trata de mentirse a si mismo. Y asegurarse que todas esas cosas - esas molestas pequeñas cosas - son en realidad actos de grandiosa genialidad. Vaya. Haberlo sabido antes. La de dinero y lágrimas que se ahorraría uno diciéndose mentiritas a sí mismo.
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