La ví ayer de regreso de la Universidad. Al otro lado del cristal se vería, no sé cómo explicarlo, sexy. Brillante. Prometedora.
En el fondo, lo que más me gustaba es que no tiene mayores secretos. Si aprendo a tocarla, aprenderé. Cada vez será mejor. Seré mejor. La conoceré más claramente y podré hacer más cosas interesantes con ella. Me escuchará si le hablo. Y nunca, nunca me dirá que lo que hago es más bien mediocre. Por lo menos no ella.
Esa guitarra de la calle Tallers parece mucho más comprensiva que cualquier otra cosa ahora. Y me pregunto si realmente yo quería hacer una tesis, meterme en todo este fango académico. Enfrentarme a gente que dice que leyó mi trabajo y que NO LO LEYÓ (también yo sé hacer preguntas de trampa) y me puso una calificación de verguenza porque "en realidad, tiene errores formales importantes y me parece que no conoces bien la realidad de tu país cuando la escribes".
¿Por qué la gente quiere que uno escriba la tesis que ellos no pueden o no quieren escribir? ¿Por qué siempre tienen que ser del mismo tema? "Tienes razón, es un reto que quieras hacer una tesis diferente. Pero bueno, sigue intentándolo".
Intentándolo. Eso quieren que haga. Mi director de tesis me escucha enojarme y me mira con consuelo, como queriéndome decir que todo estará bien, que lograremos pasar a los "verdaderos conocedores" de la academia.
Insisto: sería más fácil comprarme la guitarra y empezar a tocar... quién me manda querer ser doctora.
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1 comentario:
Yo ahora que estoy en mi proyecto de tesis digo no mas para licenciada he pensado que deberia dejarlo e irme a hacer cursos de literatura.redaccion, y demas para hacerme escritora bohemia.
saludos!
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