Brindaré por ti
por entonces, por ahora
cuando todas las jacarandas han callado
las luces del escenario son sordas y enceguecedoras como el amor
no hay verdes pericos que me susurren las líneas que olvidé
en medio del teatro, de eso que cae en noviembre a las calles
y llamamos hojas
o pasado
estás
perdido en las calles de Tokio
- en el lugar común que después de un rato habita la sorpresa -
rotos los cuellos de todos los antiguos pájaros
no tengo más reproches a la luna, ni a los árboles que nos cubrieron
recojo el miedo que se acumula en mis lagrimales:
sé que las promesas de no morir nunca siguen vivas
y que como mariposas
esta noche volverán a quemarse a la luz de antiguas velas.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario