15.11.06

El chino de ayer

A ciento cincuenta y dos pasos de mi oficina hay un restaurante chino. Tienen una pecera a la entrada. Un batallón de jóvenes que hablan un español falso (sólo saben decir las palabras del menú), atienden diligentemente a las mesas llenas de gente un minuto y vacias al siguiente. Sin embargo, tiene un encanto particular: si pides el diario, te dan el del día anterior. Y dentro de los cinco euros de la cuenta también se incluye un viaje al pasado donde todavía te queda por dormir una noche, no has hablado con tu jefe de ese tema crucial ni se te ha hecho tarde para entregar un proyecto. Es ayer.

Y lo mejor de todo es que no se parece a Groundhog Day, en donde Bill Murray despertaba una y otra vez en el mismo día. Lo mejor es que uno puede ir un día cualquiera y pedir que lo regresen al anterior. Es algo así como un templo budista al arrepentimiento con olor a arroz frito.

1 comentario:

Rax dijo...

¡Está mega! Seguro es una estrategia antiestrés, algo budista o por el estilo.
Me late eso, comer sin prisas, con la idea de que es ayer :P
Lo intentaré hoy. Provechito.