Es muy feo eso de juzgar a la gente sin conocerla. A mí por eso no me gustan los currículums con fotografía: los humanos somos como somos y solemos establecer etiquetas al primer vistazo. El amable Maniquí volvió a enviar hoy la carta en la que informa con bombo y platillo que ha encontrado alguien para sustituirme. Tan lista, tan lista. Y ahora tan, tan guapa. Volvió a mandar la misma nota porque le enviaron una foto de ella - tan rubia, tan - y bueno, supongo que quería que todos la conociéramos.
Yo lo que sé es que tenía una cita con ella a las dos y media para hablar del puesto y no llegó. Habló a las cuatro para decir que estaba en una reunión. También sé que un día que fue a "entrevista" - el Maniquí ya me había dicho que se quedaba ella - estuvo enfrente de mí y no tuvo ni un buenas tardes. Y además sé que el enviar la foto tenía nombre y apellido. Sé que el Maniquí se quejó hoy de que ya no va a estar ahí para trabajar con alguien así de guapo. Dios, la tristeza. Supongo que le gustaría haberme echo llorar. Qué pena que yo tenga tantas otras cosas que me impiden enrolarme en sus vengancitas. Pobre, pobre Neroncillo.
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