16.11.06

El nombre del juego

Petros Markaris, escritor griego, tiene una serie de libros de novela negra protagonizados por el teniente Jaritos, que trabaja en los mundos oscuros de Atenas. El jefe de Jaritos tiene una manía: tomó un curso en el FBI y está convencido de que actuar como los detectives de las películas americanas y hablar en inglés lo hacen un excelente investigador. Claro está que eso de salir a la calle no se le da en absoluto.

El maniquí nunca ha tomado un curso en el FBI. Pero supongo que le hubiera encantado ir a Harvard. Y tomar un curso de management en lugar del vulgar de "administración" que le dieron en su universidad. Al igual que el jefe de Jaritos, está convencido de que es muy bueno. Que conoce el nombre del juego. Y también se dice un apasionado de la comunicación, sin tener ni idea remota de cómo gestionarla.

El problema es que no sabe que las cosas hay que decirlas a tiempo. En su momento. Sin permitir que tu alrededor se pudra de dudas. Pareciera que está buscando siempre el momento adecuado. Y se le pasa, porque el momento adecuado es cuando suceden las cosas.

Dicho esto, oficializo: me voy. Me alejo de las garras de los maniquíes de El Corte Inglés y sus cursos de management. Renuncié con la plena consciencia de que me hace falta luz natural y un aire menos enrarecido para no marchitarme. Claro que a veces extrañaré a algunos que siguen aquí, que se quedan a su merced un poco más. Claro que sé que los veré en otros sitios. Y al Maniquí, pues bueno... mis mejores deseos para que se sacuda las telarañas de la cabeza, rápido. En mi experiencia, los maniquíes - hojalateados y cambiados cada temporada - no suelen darse cuenta de que el tiempo y las condiciones cambian. Nadie se los avisa. Solitos se dan cuenta cuando pasan del aparador a la bodega, al archivo muerto. Y es un destino triste cuando creías que eras lo que venía para todas las próximas temporadas.

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