2.12.08

Deformación profesional

Tengo casi dos años trabajando rodeada de urbanistas y arquitectos. Al principio, creí que todo seguiría igual... pero después me dí cuenta que tropiezo más en las calles, porque voy viendo detalles de las oficinas. O hago comentarios rabiosos cuando veo alguna obra desafortunada. O empiezo a evaluar las ciudades por sus espacios públicos y lo adecuado de la anchura de sus calles.

Hoy, además, al leer el periódico, me pasó lo mismo. Me quedé enganchada de un reporte del absurdo de cómo en New Jersey se construyó una estación "intercambiadora" sin espacios de estacionamiento y de un reportaje que cuenta las viscisitudes de una oficina de "Preservación de Monumentos Históricos" - o Edificios con Valor histórico - que las pasa divertidas en Nueva York.

Es como cambiarse los ojos y descubrir que había otras cosas importantes además de las faltas ortográficas y las películas... claro, sin que estás dejen de importar.

1 comentario:

Tita dijo...

¿Será verdad que las ciudades determinan muchos aspectos de la personalidad de los seres que las habitan?
Que yo sea un desatre tendrá que ver con que haya crecido en una ciudad desastre?
La gente me mira mal cuando comento que me parece la mayor muestra civilización del mundo que la numeración de una calle sea progresiva...que las cuadras vayan de cien en cien, y que todas las avenidas de la ciudad quepan en un mapa...me miran mal porque creen que eso es muy normal...
¿a quién se le habrá ocurrido Buneos Aires?
¿Y DF por la cabeza de qué perverso pasó?
saludos