The Village Voice, uno de los periódicos más emblemáticos de Nueva York, está pasando por sospechosas reestructuras, incluyendo el despido "no del todo claro" de uno de sus editores más renombrados.
No puedo dejar de sentir tristeza. Yo ya estuve en la caída y cierre de un periódico. Y en la venta de otro a un conglomerado de comunicación. Ninguna de las dos perspectivas es la más buena. Sólo resta desear que les vaya lo menos mal posible.
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