Ayer, el vaquero favorito de todos los imbéciles, George Bush, logró la anulación de las casi cuatro mil bodas que se celebraron en San Francisco desde que en febrero (14) de este año comenzaran a emitirse las licencias en esa ciudad para matrimonios homosexuales.
Anulación. Frente a la ley. Porque el matrimonio es santo, entre hombre y mujer solamente. Bush dixit.
Me encantaría saber a la vuelta de los años, cuántos de estos matrimonios que hoy él llama "nulos" seguirán juntos, apoyándose, amándose y no juntos por apariencia. Me encantaría saber la suerte que tendrán con respecto a las parejas de heterosexuales que se casaron este mismo año. Incluyendo, por supuesto, el matrimonio (¿o serán los matrimonios?) de Britney este año.
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