12.7.04

Actualización tardía - el largo suplicio de la Apostilla

Por fin, el viernes recibí mis papeles con "la apostilla de La Haya". Se escucha emocionante. Se ve horrible. Después de mi periplo anteriormente reseñado, tuve que ir al otro día al fin del mundo - allá, donde ya había ido - a recoger los papeles. Mi plan era salirme temprano, llegar justo a las 12 y salir volada para alcanzar abierta la otra instancia de la SEP, en el Centro. Pues bueno... todo sucedió y no alcancé. Me recibieron en la oficina de Donceles con un "nooooo señoriiiita, hace cinco minutos que dejamos de recibir papeles. Regrese el lunes". Uf.

Lunes: junta de seis horas en la oficina. Martes. Me escapo y dejo los papeles en el Centro, finalmente. (Para el libro de recuerdos la licenciada me dice "yo como que la conozco..." y yo le contesto "pues sí, es la cuarta vez que vengo").

Miércoles. Más juntas. Viajes por toda la ciudad. Mi hermano postizo que trabaja en esta oficina ofrece - amabilísimamente - llevarme al Centro por mis papeles (inútil apurarnos ya, porque no alcanzo a llegar a Gobernación de ningún modo). Subimos a su auto. En un trayecto que normalmente hubiera tardado 20 minutos más diez del proceso, nos tardamos hora y media. Calles y calles del Centro tapizadas de ambulantes nos impedían pasar. Además, la "autenticación de la firma" - proceso que tocaba ahí, es verdaderamente horrible. Como mi título es de por si pequeño, le agregaron con cinta adhesiva media hoja bond (¿¿¿¡¡¡!!!???) donde escribieron el texto y le pusieron un sellito azul. Para la posteridad - de nuevo -: todos los documentos, emitidos por la SEP (Secretaría de Educación Pública) , son consistentes en una falta de ortografía. ¿Desde cuándo se acentúa la palabra seis? :(

En fin. Al otro día - jueves - dejé los papeles. Como contrarrecibo me dieron una hoja bond en la que ni siquiera estaba mi nombre. Uf. Miedo.

El viernes finalmente me entregaron los títulos con la Apostilla de la Haya. Para quienes se preguntan qué carajos es eso, se trata, nada más y nada menos, que de una hojita bastante pinche cancelada con un sello en tinta azul de la Secretaría de Gobernación. Dos semanas, y más de mil pesos por documento más tarde, primera prueba hacia España superada. Ahora, el pasaporte.

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