2.12.08

Tres postales casi navideñas

Ella tiene nervios por su cumpleaños. Siempre le pasa, que semanas antes, se pone a planear, a entrar en crisis, a imaginarse la fiesta. Ahora no tiene ganas de fiesta. Y decidió irse de viaje. Él le llamó por teléfono para hablar de cualquier otra cosa y ella, contenta, le contó del boleto. Se hizo silencio al otro lado de la línea. Ella pensó que quizá él se había molestado. Él rompió la tensión de pronto: "A mí, es que me parece buena idea que te vayas sola... pero quiero que me asegures que no estás esperando que yo te diga que me voy contigo".

Ella no tenía agenda oculta pero sonrío cuando se dio cuenta que, aunque la tuviera, esta vez no iba a ser tan fácil utilizarla.

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Me quedo en Barcelona para Navidad. Ha sido un año movidito, ansioso, casi eterno. Y me viene bien sentarme en mi sillón recién puesto, ver mis cortinas, las flores de nochebuena que compré. Ayer, caminando por el centro, encontré un nacimiento igualito que el que mis papás ponían cuando yo era niña. Y ahora está esperándome en mi habitación para que me ponga a ello.

De manera general, todos los días, se que hay algo que me llama a quedarme aquí. Pero es sólo una sensación - que a veces se ve reforzada. Ayer recibí un email de la primera persona que confió en mí (la que me dio un trabajo cuando tenía 15 días de llegada). Era para decirme que, como sabe que me quedo, le gustaría invitarme a pasar Navidad con su familia - y que aunque la fiesta del otro día no es tan divertida, también soy muy bienvenida.

Creo que ese email es lo que ha evitado que me dé frío en las últimas horas --- me dejó con una sensación de calidez...

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Primero pensé que era una mancha en la ventana del comedor, que estaba brillando raro. Pero no. Entonces creí que era un avión que estaba volando, casualmente, de una manera que lo hacía quedarse muy cerca de la luna. Pero no. Caminé desde mi casa durante cuadras mirando una luna increíble, creciendo y con un puntito muy brillante abajo (como si fuera el anzuelo del niño de las películas, como si se hubiera puesto un collar para celebrar la temporada navideña). Me encantan las luces de las calles en estos días - hasta las de El Corte Inglés, que tiene pretensiones neoyorquinas. Pero esa luz, esa imagen de la luna de anoche, fue la mejor inauguración para la temporada.

1 comentario:

Exenio dijo...

Veo luces...