Hay una sensación como de estar constantemente encandilado. Sin saber. Si toca día o toca noche. Viajé así. Vagué de nuevo por el aeropuerto de Atlanta. Como soy una necia, me volví a comer una hamburguesa. Era una cuestión de principios. No podían vencerme tan fácilmente.
Regresé a Barcelona y me dí cuenta - otra vez - que estoy en casa. Que sé cómo funciona todo. Que en el piso me estaba esperando M, y me hizo café y hablamos. Y cocinamos. E hicimos una fiesta. Y salimos a la terraza y disfrutamos del sol. E intentamos evitar mi jetlag.
Pero llegó. Está junto de mí, en la cama. Mirándome con sus enormes ojos. Y dice que si deseo que se vaya sólo puedo acostarme a dormir de una buena vez. Pero me gustan sus ojos. Su olor. Su promesa de que seguiré viajando, estando a destiempo, siendo de un lado y de todos a la vez.
4 comentarios:
Supongo que es mejor que irse a la cama solo.
"Su promesa de que seguiré viajando, estando a destiempo, siendo de un lado y de todos a la vez". Uuuuuf! la frase de la semana.
Un abrazote ;)
Pues supones bien, querido mío. Y gracias, Carax, como siempre. Más abrazos.
como combatir un pelín el jet lag... espero q te ayude...
http://desdelesperpento.wordpress.com/2008/02/28/como-combatir-el-jet-lag/
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