22.2.08

Liberia

No en África, sino en Costa Rica. Cabecera de la provincia de Guanacastle. Hogar de una familia que, amablemente, me recibe como hija adoptiva. Otros padres, en otro lugar del mundo. Pero lo más importante aquí son mis hermanas adoptivas, una de las cuales se casa mañana. Eso hago en Costa Rica. Soy testigo de cómo mis amigas se siguen jurando amor eterno. Y no tengo ganas de quitárselos de la cabeza. Me parece que es una elección de vida maravillosa.

Algunas veces no funciona. Y uno se entristece. Pero sobrevive. Heme aquí como ejemplo.

(A lo que casi no sobrevivo fue a una hamburguesa que me comí en Atlanta. Así que ahora, entre los 29 grados de temperatura y la especie de resaca en la que me sumió la intoxicación, vago como zombie. Pero estoy bien, en realidad.)

3 comentarios:

Tita dijo...

¿Moriremos en el intento? O es de sabios resignarse y disfrutarlo mientras dure. Ultimamente las bodas me hacen llorar, tienes mucha razón, son un verdadero y maravilloso acto de fe.
Mientras tanto ¡pura vida!
saludos
tita

. dijo...

Vagar como un zombie debe ser un sin vivir.

Carax dijo...

Invite pa' la próxima hamburguesa!
Un abrazo!