13.3.08

Incógnito

En la ciudad de la luz, llueve. El aeropuerto CDG se cubre con una niebla ligera. Delante de mí, mientras espero bajarme del avión, una chica llora. Le llama su madre al celular y le avisa que alguien a muerto. Ahora lo que quiere - está desesperada - es el primer vuelo de regreso a Barcelona. A mí lado, un hombre estadounidense (gringo, pues) es tan grande y tan gordo que no cabe en el asiento. Ha dormido todo el vuelo, roncando. Yo tomé vino, comí la ensalada de pasta, hice dos sudokus. En fin.

Y París está gris. Antes de salir, entré en pánico. Pero ahora descubro que sí, lo entiendo casi todo y no creo perderme. Tomo el Roissy Bus y visito todas las terminales del autobús. Veo los autobuses que van a Disneyland Paris y, contra toda mi buena concienca, me apetece ir. Aunque sea un poco. Pero tengo muchos museos que ver, me digo, y la retrospectiva de Manray, y a mis amigos que viven aquí. Y el cementerio y los jardines de Luxemburgo. Anticipo, lo que conozco y lo que no. La Torre Eiffel, el Louvre, las Tullerias. Me acuerdo, sin querer, de Paris Je t'Aime. Soy una turista. Una extranjera. Me pierdo en el metro y temo balbucear en francés. Me gusta esta ciudad. Es bueno mirar a través de otros espejos.

4 comentarios:

Tita dijo...

Paris est toujours un plaisir nostalgique...

Shatzy Shell, desde la estacion... dijo...

Ah Paris... adoro esa ciudad, espero vivir un día ahí y te invitaré las mejores crepas que conozco y después nos tomamos un café en el barrio latino.

Carax dijo...

Paris, paris... inoubliable Paris. Saludos parisinos!

Darth Tater dijo...

Paris... je t'aime!