21.6.07

La columna invitada, ja

Es un jueves raro, de dolor de estómago e inquietudes diversas. Recibo en mi correo electrónico la crónica que mi querida Vera-Cruz Montoto (gallega de amplio espectro y miras, je) hizo de su experiencia en el último G8. Como quiere se la publiquen y yo tengo este humilde espacio, pues va, con fotos y todo.




ROSTOCK 2007

Las movilizaciones sociales no serán
retransmitidas en su televisor

(Título inspirado en la canción “The Revolution Will Not be Televised”, de Gill Scott-Heron.)

Vera-Cruz Montoto
Rostock.
Alemania

El pasado miércoles 6 de junio los jefes de estado de los siete países más ricos del mundo y Rusia llegan al balneario de Heiligendamm, noroeste de Alemania. Con el cambio climático como punto clave en la agenda de negociaciones, tanto EEUU como los países en vías de desarrollo que asisten en calidad de invitados, acuden a la cumbre con un fuerte rechazo hacia la propuesta europea de la canciller alemana Angela Merkel: Reducir en un 50% las emisiones de CO2 para el 2050 y el calentamiento global en dos grados. ¿Empieza la cumbre del G8?

Si intentamos recordar cuál fue la última reunión de los ocho países más ricos e influyentes del mundo, posiblemente pensaremos en Génova, en el 2001, donde los fuertes disturbios y, sobre todo, la muerte por disparos policiales del manifestante Carlo Giulliani, alcanzaron gran repercusión mediática.

A partir de entonces y hasta la cumbre de Gleneagles 2005 (Escocia) y S. Petersburgo 2006, el G8 optó por destinos menos conocidos y más inaccesibles: 2002 en Kananaskis (montañas de Canadá), 2003 en Evian-les-bains (Alpes franceses), 2004 en Sea Island (Florida).

Año 2007, Rostock (Alemania), en el área de Heiligendamm. Aeropuerto propio, a tres horas del de Berlín y a un poco más del de Hamburgo. Una de las mejores redes ferroviarias del mundo y excelente comunicación por carretera.

Resultado: 100.000 personas empiezan a actuar organizadamente bloqueando de manera efectiva la cumbre G8 desde el 2 hasta el 8 de junio. Ni los 100 millones de euros gastados en medidas de seguridad, ni una valla de alambre de espinos de 14 metros de longitud por 2,5 de altura, fueron capaces de pararlos.

Desde la cumbre de Birmingham (Inglaterra) en 1998, un fuerte movimento social anti-capitalista que aboga por una globalización que acabe con el actual reparto desproporcionado de la riqueza mundial, comienza a exigir soluciones a los representantes políticos de manera directa, dando cuenta de sus peticiones acudiendo a las reuniones de los principales jefes de estado y de gobierno.

En una sociedad empática, hipersensibilizada a las imágenes televisivas y estímulos emocionales, la retransmisión de una resistencia efectiva y organizada ante los jefes del mundo, puede ser considerada demasiado arriesgada.

Según teorías sociológicas como la Espiral del Silencio, de la alemana Noëlle Neuman, la mayoría de los individuos que perciben su opinión como disonante o no encuentran apoyo en su contexto más próximo, tenderán a no darla a conocer. Subyace bajo este tipo de comportamiento, según explica la socióloga, la imperante necesidad del ser humano de sentirse parte de la comunidad en la que se encuentra, aún a costa de sacrificar su opinión personal.

Llegados a este punto, la legitimidad de las opiniones es directamente proporcional al número de personas que las secundan. En junio de 2007, mediante el silenciamiento del éxito de las movilizaciones antiglobalización en Rostock, se establecieron trabas en la difusión de sus peligrosísimo mensaje: “Otro mundo es posible”.

Otro G8 fue posible

El viernes 1 de junio tendría lugar la primera asamblea de las aproximadamente 200 organizaciones sociales presentes en Rostock. El sábado 2 a las 12 del mediodía
parte la primera manifestación del movimiento anti-globalización desde la estación central de ferrocarriles.
Se producirán entonces fuertes enfrentamientos entre los manifestantes y los 16.000 policías y 1.100 soldados encargados de velar por el correcto desarrollo de la cumbre. Los disturbios desbordan toda previsión del gobierno alemán y 1.000 personas resultan heridas siendo casi la mitad -433- policías.

Según el Legal Team (el equipo de abogados del movimiento anti- globalización) en este encuentro habrá unos 200 detenidos, tres de ellos del Estado español. La mayoría serán puestos en libertad al día siguiente, entre ellos un joven madrileño. R. S. y A. V., zaragozanos, permanecerán en centros de detención junto a otras 20 personas hasta el miércoles 6 de junio. Los medios de comunicación españoles no se harán eco de esta noticia hasta el jueves 7 de junio, dando cuenta de la condena de 9 y 10 meses de cárcel para ambos manifestantes, dictada mediante la realización de juicios rápidos establecidos como protocolo de actuación por las autoridades alemanas ante las movilizaciones previstas en Rostock.

También el sábado 2, y mientras continuaban los disturbios, dio comienzo el festival musical Move Against G8. Este evento juntará en el puerto y en los campamentos Rostock y Redelich, artistas internacionales como Fermín Muguruza, Obrint Pas, Amparanoia, Chumbawamba o Asthmathic Lion Sound System.

En la noche del 2 al 3 de junio, activistas ecologistas destrozan 1 km² de cultivo transgénico próximo a Rostock en la víspera de la colorida manifestación del Día Global sobre la Agroecología, convocada por el movimiento campesino internacional La Via Campesina y a la que asistirán 80.000 personas. Iniciado por campesinos latinoamericanos en 1992, este movimiento está conformado actualmente por organizaciones de 56 países pertenecientes a 8 regiones: Europa, Este e Sureste de Asia, Sur de Asia, Norteamérica, Caribe, Centroamérica, Suramérica e África.

Para primera hora de la tarde, Greenpeace reune en el puerto más de 600 personas conformando un bánner humano con el mensaje “G8 ACT NOW” y una gigantesca pancarta: “STOP CLIMATIC CHANGE”.

Tras dos días de protestas, el 4 de julio la opinión pública alemana se muestra escandalizada ante la ola de violencia que se está produciendo en Rostock, una ciudad de apenas 200.000 habitantes, 14.000 de ellos estudiantes universitarios. Periódicos sensacionalistas como el Berlins Grösste Zeitug comenzarán a poner en duda la legitimidad de las fuerzas policiales desde sus portadas: “¿Qué estamos haciendo?”, “¿Es nuestra policía muy blanda?". El Bild, por su parte, catalogará los hechos de "Orgía de violencia en Rostock" y "Estallido de odios sangrientos”. Se producirá ese mismo día un sustancial incremento de efectivos policiales y cuerpos especiales antidisturbios, así como un cambio en las estrategias de control de los manifestantes. No obstante, tendrán lugar nuevos enfrentamientos e incluso cargas policiales en el interior de los trenes de cercanías.

Es el día de la Acción Global sobre Migraciones, y comienza a las ocho de la mañana con una concentración ante el edificio Sonnenblumenhaus, un antiguo centro de refugiados atacado por los nazis en el año 1992. A la una de la tarde la cita es una manifestación a favor de los derechos de los emigrantes. La policía la mantendrá estancada durante horas buscando el agotamiento de los manifestantes hasta que hacia las siete de la tarde tanto policías como organización dan por finalizada la marcha. Los manifestantes permanecerán parados, lo que dará lugar a nuevos momentos de tensión, dispersándose finalmente custodiados de cerca por numerosos efectivos policiales. Por aquel entonces aún faltaban dos días para la llegada de los líderes políticos al balneario de Heiligendamm.

Willkomen al campamento Rostock

Los miles de manifestantes anti-globalización desplazados hasta el área de Heligendamm se alojaron en los campamentos establecidos por organización. En el principal, el campamento Rostock, convivieron unas 6000 personas. En él tendrá lugar la organización de los diferentes grupos internacionales anti-globalización, siendo habitual verlos improvisando asambleas informativas alrededor de sus tiendas de campaña.

La entrada aparecía custodiada por dos torres de madera similares a los puestos de vigilancia de los campamentos romanos en los comics de Asterix. Desde lo más alto se llevó un control ininterrumpido de los alrededores mientras hasta siete helicópteros y aviones militares se cruzaban en el cielo de la, hasta el momento, tranquila villa de Rostock. Los caminos que estructuraban la colocación de las tiendas estaban significativamente dedicados: la calle del anarquista Durruti, la avenida del manifestante Carlo Giulliani…

El campamento Rostock aportó las infraestructuras básicas para la supervivencia a lo largo de los seis días de contra-cumbre: agua, luz, cantina, aseos públicos, botiquín de primeros auxilios… Pero también una pequeña carpa con unos 10 ordenadores conectados permanentemente Internet, el Legal Team –cuyo número de teléfono pronto apareció rotulado en los brazos de los manifestantes, conscientes de la inminencia de las detenciones masivas-, uno de los dos centros neurálgicos informativos de Indymedia en la zona - cuya sede de noticias en Génova fue polémicamente intervenida durante la contra cumbre del 2001- dos carpas de circo para la realización asambleas y acogida de manifestantes, y los puestos de organización y coordinación de las actividades, de las cuales se da cuenta diariamente publicándolas en tablones informativos.

Banderas, pancartas y decenas de carteles completaron el campamentos Rostock. Entre ellos, uno recordaba: en caso de que se produzca la entrada de fuerzas policiales, “Please, wake up and help”.

Attac

De los cientos de organizaciones presentes en Rostock, Greenpeace y Attac se distinguieron por su efectividad y amplio respaldo social. Tanto que incluso se las llegó a acusar de realizar marketing político.

Pese a que en el Estado español nos encontramos más familiarizadas con la organización ecologista Greenpeace, la Asociación por la Tasación de las Transacciones y por la Ayuda a los Ciudadanos, Attac, constituye en la actualidad el movimiento social “revelación de la temporada”, disculpando la frivolidad.

En diciembre de 1997, el director del prestigioso periódico francés Le Monde Diplomatique, el pontevedrés Ignacio Ramonet, promueve en su editorial la aplicación de una tasa a las acciones financieras internacionales (la tasa Tobin) con el fin de restringir la volatilidad de los mercados de capitales, solicitando la creación de un grupo de presión que actuase públicamente a favor de la misma.

El 3 de junio de 1998 se constituye Attac, presidido en Francia por Bernard Cassen, subdirector de Le Monde Diplomatique, y con la presencia numerosos intelectuales franceses. En la actualidad está presente la mayoría de los países de Europa occidental, y en un importante número de países africanos y sudamericanos, contando además entre sus miembros con reconocidos intelectuales como Noam Chomsky.

Attac se autodefine como "un movimiento internacional de los ciudadanos por el control democrático de los mercados financieros y sus instituciones" entre sus objetivos destaca el establecer mecanismos democráticos de regulación y control de los mercados y del sistema financiero internacional.

Como señala el propio movimiento, uno de sus compromisos principales es impulsar y fortalecer una opinión pública mundial independiente, activa y bien informada, conformando un movimiento de acción popular orientado hacia la acción.

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