25.4.07

Cristales

Todo depende del ángulo en que se mire. Todo.

A mí nadie me puede decir que no sé de lo que hablo porque lo he pasado en carne propia. Vivo en un país en el que el aborto está despenalizado. Aquí, en este continente, acabo de ver cómo el país vecino lo despenalizó porque miles de mujeres tenían que viajar y cruzar fronteras y pagar cantidades increíbles a médicos extranjeros. Conozco mujeres que han abortado por voluntad y por accidente. Conozco mujeres que pagaron mucho dinero y otras que recurrieron a la seguridad social. Conozco mujeres que están bien y otras que ya no pueden tener hijos. Sé de mujeres que murieron a causa de uno.

El aborto no se acaba al penalizarlo. Se vuelve más criminal. Simplemente. Más un negocio sucio, una mafiecita.

Cuidado - que soy un poco carca. Que yo no estoy de acuerdo en la mayoría de los casos. Pero no puedo imponerle a la mayoría lo que pienso. Simplemente puedo hablar de ello. De la importancia que para mí tiene la defensa de la vida. En todo momento.

Lo que es cierto es que no puedo cerrar mis ojos a la necesidad que genera una población que quiere tener la opción. Que la necesita. Hay situaciones desesperadas. Y soluciones desesperadas.

Yo estoy contenta porque se haya despenalizado el aborto en México, por lo menos en la capital. Y no por otra cosa sino porque permitirá que menos mujeres tengan que recurrir a médicos sin escrúpulos o a situaciones peligrosas. Nadie está haciendo una apología del aborto: lo que se quiere es tener la opción. Adelante con que el estado reconozca la madurez de pensamiento de sus ciudadanos, su independencia frente a las creencias religiosas - aunque sean las de la mayoría -, y abran una puerta a la regulación de prácticas que de otra manera seguirían siendo de riesgo.

Adelante con la defensa a la vida. Despenalizar el aborto también es una acción en su favor.

1 comentario:

Violeta dijo...

Si yo también estoy feliz de que en mi país las cosas, aunque muy poco a poco, vayan avanzando.
Saludos