22.2.07

De libros cursis y mujeres solas

Nunca he pretendido tener un consumo impecable de medios y artes. Me encantan las sitcoms y las series de doctores. Soy cinéfila irredenta de todos los churros internacionales paridos bajo la etiqueta "comedia romántica". Y bueno, mis gustos en lectura distan mucho de ser ideales. Por ejemplo: me regalaron un libro de Orhan Pamuk, el Nobel más reciente, en Navidad y en vez de ser juiciosita y leerme eso, me leo una cosa llamada The Jane Austen Book Club escrita por Karen Joy Fowler. Desde que me lo prestaron me dijeron que no era LO MÁS, pero resultaba divertido y rápido. Tan divertido y rápido que me lo leí en tres días. O quizá cuatro.

Es muy fácil de leer. No sé si exista la traducción en español. Está plagado de recursos facilones - cartas, anuncios del futuro, páginas completas de otros autores -, con unos personajes un poco acartonados. Sin embargo, fue el diálogo de uno de esos, una señora mayor que hace yoga y ha tenido como ochocientosmil maridos, que me valió la lectura del libro. Al tratar de explicar porqué se había convertido en lo que podríamos llamar a serial bride, el personaje habla de la razón por la cual le gustan las novelas de Austen: todas cuentan una historia, dice. A ella le gustan las buenas historias. Y los noviazgos tienen historia (plot, según la descripción del diccionario de Princeton, es "la historia contada en una novela, obra de teatro o película). Por el contrario los matrimonios, afirma, no tienen historia. Son una colección de rutinas.
Regresará a su dueño. Seguro.

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