21.6.13

El verano

se parece tanto al amor.

comienza sin querer, sin mostrarse del todo - pero lo intuyes en todas sus dimensiones. te besa cuando estás descuidada. llega hasta a tí cuando más lo estabas llamando. te suelta una tonelada de mariposas en el estómago - y las recuerdas cada vez que piensas en él. es el día más largo, la noche más corta. todas las noches con él te parecen cortas. te apetece pasar el tiempo desnuda. pasearte por la casa disfrutando de la manera en cómo te mira, cómo te toca cada milímetro de la piel.

te hace reír. está lleno de promesas, de imaginaciones, de esperanzas, de viajes, de proyectos. es como un mar: en calma a veces, otras lleno de olas y desvarios. es un libro por leer, un cuaderno blanco que llenar de letras. un bosque para perderte.

saca lo mejor y lo peor de ti, de tu cuerpo. tu dulzura, tu pereza, tus olores, tus crisis, tus trayectos. te hace mirarte al espejo y descubrir lo que habías estado escondiendo durante tanto tiempo, bajo las ropas, bajo las dudas. te hace desear ser mejor para ti, para él. te hace pensar en eso que aún podrías ser y a veces te olvidas.

sabes que, aunque lo parezca, no durará para siempre. sabes que te hará muy feliz - tanto que sentirás que no cabes en el cuerpo. y, por la misma ecuación, sabes que sufrirás cuando termine. que lo añorarás. que alguna lágrima caerá por él en más de alguna esquina.

pero también sabes que, si eres paciente y tienes un poco de suerte, comenzará de nuevo. que nunca será el mismo, nunca vendrá de la misma manera. pero tienes esperanza de vivirlo otra vez.

como el amor.

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