13.7.09

Ojalá fuera una fábula

Imagine usted (si puede imaginarlo) que es una chica de origen marroquí, con un embarazo avanzado. Que un día de estos en los que empezaba un verano terrible, intenso, comienza a toser con una tos seca. Que duele. Y duele más toser porque tiene una panza inmensa, con un bebé que sabe que es niño y se llamará Rayan. Va al hospital y la regresan a su casa - probablemente le dicen que no es grave, y que tampoco le pueden dar nada por no dañar al bebé. La temperatura sigue subiendo, ella se siente más mal. Regresa al hospital - uno de primer nivel, en la capital del país - y la vuelven a enviar a su casa. Y así una tercera vez. Y luego, al final, en otra visita, la internan, moribunda con un virus que acaban de descubrir. La hacen parir a Rayan antes de tiempo, porque ella se va a morir y quieren salvarlo por lo menos a él.

Y ella se muere. Y su marido se queja, de que no le hacían caso. Toma el cadáver de su jovencísima esposa y, a sus 20 años, se regresa a su país natal a enterrarla mientras su niño intenta sobrevivir en la zona de cuidados intensivos de ese hospital tan grande, tan serio, tan de primer mundo.

Un par de semanas después alguien en el hospital - imposible saber porqué - cometé un error imposible en Rayán: le ponen la alimentación por vena, en lugar de por la vía que tenía. Entendamonos: le inyectan leche directo al torrente sanguíneo. Al bebé que es huérfano de madre por una negligencia de ese hospital, tan grande, tan importante, tan avanzado.

Rayan se murió esta madrugada. Ni siquiera me puedo imaginar al papá. Ví la cara del director del hospital en el anuncio a la prensa: derrotado, fastidiado, sabiendo que esta vez no hay pero que valga. Diciéndolo.

Y bueno. Estas cosas pasan. ¿Sí? ¿Deberían pasar? ¿Es una especie de castigo divino? ¿Los pueblos tienen los hospitales que se merecen?

¿Y al papá de Rayan? ¿quién le informó? ¿el director o el profesional médico de primer nivel que hizo un error de quinta?

La verdad es que no me lo puedo creer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

es tan indignante!, lo peor de todo es que a veces creo que no hay castigo suficiente para este tipo de negligencias y descuidos que me parecen francamente ridículos...

..no imagino la agonía del padre... de un día para otro ser viduo y "huérfano" de hijo (¿cómo es que no existe un término para llamar a un padre que a perdido a su hijo?... ) si uno siente indginación, dolor e impotencia.. que será de el que lo vive en carne propia...

...eso del 1er mundo no me lo creo... creo que hay vocación o no...

saludos desde aca...