19.11.08

Podría ser el nuevo antihistamínico…

- o el doctor simpático que ayer por la mañana me felicitó por estarme cuidando encerrada en mi casa – el mismo que me dio el nuevo antihistamínico para que respire mejor y se destapen mis oídos
- o todos mis amigos que me han llamado o pasado a casa con cualquier pretexto para ver que sigo viva y que es el resfriado (y no ninguna otra sombría razón) lo que me tiene encerrada entre las paredes de mi casa
- o la decision de perder el boleto que me llevaba de vacaciones este fin de semana, pero a unas vacaciones que me ponían nerviosa. Y mejor perderlo que cansarme más.
- o tener más de tres días comiendo a mis horas y tomando té, muchísimo té, de todos los sabores
- o la película chistosita y sin profundidad que ví anoche con Alejo, mientras nos comiamos un bowl enorme de palomitas
- o la llamada telefónica en la distancia que me hace carcajearme entre las diferencias linguísticas y los diferentes métodos posibles para acabar con el dolor de muelas
- o el saber que puedo seguir trabajando desde aquí, desde este sofa, sin que nadie venga a decirme nada
- o enterarme de que mi oficina no tiene aire acondicionado y que, por lo tanto, no iré, se acabó, no iré

No sé qué sera, de verdad. Pero todo combinado con la posibilidad de encontrar de nuevo sabor a la comida, de recuperar el timbre agudo de mi voz y la claridad de mi cabeza griposa me tienen de muy, muy buen humor.

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