No en África, sino en Costa Rica. Cabecera de la provincia de Guanacastle. Hogar de una familia que, amablemente, me recibe como hija adoptiva. Otros padres, en otro lugar del mundo. Pero lo más importante aquí son mis hermanas adoptivas, una de las cuales se casa mañana. Eso hago en Costa Rica. Soy testigo de cómo mis amigas se siguen jurando amor eterno. Y no tengo ganas de quitárselos de la cabeza. Me parece que es una elección de vida maravillosa.
Algunas veces no funciona. Y uno se entristece. Pero sobrevive. Heme aquí como ejemplo.
(A lo que casi no sobrevivo fue a una hamburguesa que me comí en Atlanta. Así que ahora, entre los 29 grados de temperatura y la especie de resaca en la que me sumió la intoxicación, vago como zombie. Pero estoy bien, en realidad.)
22.2.08
21.2.08
Georgia on my mind
Desde mi ventana, puedo ver tanto el aeropuerto como el skyline de downtown Atlanta. Ayer tarde salí a caminar y no encontré nada. Todo lo cierran temprano. No había mucho que ver. Además, no me sentía segura. Y tiene un punto de rareza que el estadio olímpico esté sustituido por un parque sin demasiado chiste. El día había estado precioso y, justo cuando debió de haber empezado el eclipse de luna, se nubló. No lo ví. Me comí una hamburguesa que me cayó pésimo. Son las cinco de la mañana y estoy tomando tecito de manzanilla en la habitación. Debería irme ya al aeropuerto. Ahorita voy, ahorita voy. Ayer, en el avión, la aeromoza me preguntó: "Are you old enough to drink wine with your meal?". Y lo decía en serio. Casi me pide que le sacara el ID. Yo lo que quería era besarla. En fin. Georgia on my mind y Costa Rica en mi itinerario.
17.2.08
Electoralismos
Anoche, cosas de la vida, estuve en un concierto de Steve Earle. Es un cantautor de rock-country que durante los últimos años ha sido más conocido por su lucha contra la guerra de Irak y lo que la virulencia repulsa que sus críticas al gobierno de Bush han causado entre sus coterráneos texanos. Evitando el caos, se fue a vivir a Nueva York, donde sigue haciendo música "comprometida". Como "City of Immigrants" en la que hace una apología a la diversidad de su nueva ciudad base.
Para presentar la canción habló, poco, en una sala Bikini bastante llena. Obviamente no es una traducción literal, pero es lo que recuerdo. "Es tiempo de elecciones en mi país. En ese país donde tenemos un concepto de democracia tan curioso. Porque pasan las guerras y, aunque la gente no esté de acuerdo con ellas, el gobierno no cambia. Aquí también tuvieron un desacuerdo con su gobierno. Gracias a nosotros, al gobierno de nuestro país, ustedes fueron a una guerra a la que no querían ir. Y cuando hubo elecciones, hubo un cambio de gobierno. Y eso para mí fue bastante democrático". Aplausos rabiosos de la audiencia. Pero Earle continuó. "Ahora, otra vez hay elecciones. Y en lugar de hablar de la guerra, estamos hablando de la inmigración. Y quiero decirles una cosa: cuando sus políticos comiencen a hablar de la inmigración como la causa de la falta de empleos sólo están haciendo una cortina de humo para que ustedes no vean cómo los empleos se van a otros sitios, mucho más baratos que su país. Y la inmigración no es un peligro, es una ventaja, una riqueza para todos".
La gente se agitó, pero no hubo muchos aplausos. No sé si porque pocos entendieron el cerradísimo acento texano del cantante y porque se quedaron pensando en el "respectarán Catalunya" de Ciu o en el "Contrato de Inmigración" del PP. Sí, está en la mente de la gente. Porque es fácil convertirlo en un fantasma. Y generar miedo. Mucho miedo.
Extra - Santiago Roncagliolo escribe hoy en El País este artículo sobre el famoso contrato y los verdaderos temores de los inmigrantes que vivimos en España. Porque sí, señor Durán y señor Rajoy, yo también soy inmigrante y convidada de piedra a todo este festín del miedo.
Para presentar la canción habló, poco, en una sala Bikini bastante llena. Obviamente no es una traducción literal, pero es lo que recuerdo. "Es tiempo de elecciones en mi país. En ese país donde tenemos un concepto de democracia tan curioso. Porque pasan las guerras y, aunque la gente no esté de acuerdo con ellas, el gobierno no cambia. Aquí también tuvieron un desacuerdo con su gobierno. Gracias a nosotros, al gobierno de nuestro país, ustedes fueron a una guerra a la que no querían ir. Y cuando hubo elecciones, hubo un cambio de gobierno. Y eso para mí fue bastante democrático". Aplausos rabiosos de la audiencia. Pero Earle continuó. "Ahora, otra vez hay elecciones. Y en lugar de hablar de la guerra, estamos hablando de la inmigración. Y quiero decirles una cosa: cuando sus políticos comiencen a hablar de la inmigración como la causa de la falta de empleos sólo están haciendo una cortina de humo para que ustedes no vean cómo los empleos se van a otros sitios, mucho más baratos que su país. Y la inmigración no es un peligro, es una ventaja, una riqueza para todos".
La gente se agitó, pero no hubo muchos aplausos. No sé si porque pocos entendieron el cerradísimo acento texano del cantante y porque se quedaron pensando en el "respectarán Catalunya" de Ciu o en el "Contrato de Inmigración" del PP. Sí, está en la mente de la gente. Porque es fácil convertirlo en un fantasma. Y generar miedo. Mucho miedo.
Extra - Santiago Roncagliolo escribe hoy en El País este artículo sobre el famoso contrato y los verdaderos temores de los inmigrantes que vivimos en España. Porque sí, señor Durán y señor Rajoy, yo también soy inmigrante y convidada de piedra a todo este festín del miedo.
14.2.08
Kinky Valentine
Extraña selección, pero no me he podido quitar esta canción de la cabeza (ni del ipod) en días. Curioso, además, que venga sin imágenes. Supongo que es para permitir que la cabeza vuele un poco.
"And I will pretend
That I don't know of your sins
Until you are ready to confess
But all the time, all the time
I'll know, I'll know"
I know-Fiona Apple-In The Pawn (1999)
13.2.08
Feliz cumpleaños
12.2.08
Knowledge
“¿Para qué te sirve saber todas esas cosas?” me dijo. Estábamos sentados en la barra de un hotel art-decó en Amsterdam. Yo tomaba café sin azúcar y él fumaba un cigarro que acaba de liarse. Justo habíamos discutido sobre Lolita y el año en el que Nabokov recibió el Nobel. “Sabes demasiado. ¿No te impide crear, hacer cosas? A veces yo pienso que sabiendo que hay tanta gente que hace las cosas bien, es difícil crear. Porque hay tantos que ya son buenos, y nadie los conoce. Como Nabokov, por ejemplo. Yo pinto y, al final del día, me pregunto si lo que hago realmente tiene sentido, si será importante para alguien”. Me reservé mi respuesta. Es una pregunta que por el momento he decidido no hacerme.
Cosas que aprendí (sobre mí) en Holanda
- En realidad, sí me gusta el comino. Sobre todo si está distribuido por una rebanada de queso semi-maduro.
- Me siguen encantando los tulipanes. Pero me gusta más que me los regalen que cuando los compro yo.
- Me gusta viajar, pero me gusta tener alguien al lado para sorprendernos juntos.
- En el fondo, soy una niña pequeña y malcriada. Nada me hace más feliz que ser mimada. Como cuando cerraba los ojos al llegar a casa y fingía estar dormida para que mi papá me subiera en brazos hasta mi cama. Sigo siendo la misma, aunque no espero que nadie me abrace. O quizá sí.
- Mi malcriadez pasa por que quiero que las cosas se hagan a mi manera. Siempre. Y eso implica, según alguien, que nunca seré feliz del todo. Quizá.
- Colecciono padres y madres a lo largo y ancho del mundo. Todos me dicen que debería de darle las gracias a mis verdaderos padres por criarme tan bien. Y yo, tan estúpida, nunca lo hago.
- Me gusta una realidad en la que mucha gente se dedica a la pintura, la música o algo similar. Pero no me parece mía. Me es muy lejana.
- No puedo andar en bicicleta. Le tengo muchísimo miedo. No sé mantener mi equilibrio. Me aterra romperme la cara.
- Odio que alguien quiera enseñarme a andar en bicicleta. Se frustra él y me frustro yo.
- Me gusta cuando no entiendo lo que dice la gente… con excepción de cuando pienso que quizá estén hablando de mí. Es decir, estar en medio de gente que habla un idioma que no entiendo, me ayuda a medir mi nivel de narcicismo. Cuando empiezo a creer que todo se trata de mí es cuando me molesta el no entender. Cuando no es así, disfruto estar sola con mis pensamientos.
- El holandés es un lenguaje felino. Se lo dije a unos amigos, entre sus carcajadas. “Suenan como a gatos hablando”.
- Me comería kilos y kilos de pan de canela en un momento de distracción.
- No estoy segura de las decisiones que he tomado en mi vida. Por lo menos no de las más recientes. Cuando las verbalizo, todo es claro – cristal clear. Pero no antes. Entiendo que estaba buscando pelea. Ahora tengo una asquerosa sensación de rendición.
- No debo de vestirme como campesina holandesa. Me veo gordísima. Y no, mis genes no son de este tipo.
- Mi blog es como un cuaderno de notas eterno que no parece tener fin, principio, ni lógica alguna.
- No puedo contar secretos. Y si los escucho, tengo que convencerme de que no los diré después. O escribiré, que es lo mismo, para el caso.
- Michael J. Fox dice dos cosas en una entrevista con Esquire con las que me quiero quedar. “Si no tienes a nadie que te llame, estás perdido”. “Cualquier cosa horrible que te pase, seguirá estando ahí presente hasta que la aceptes. Lo mejor es llegar a esa parte lo antes posible”.
- Dicen que soy un alma vieja. Eso ya lo había escuchado antes.
- Me siguen encantando los tulipanes. Pero me gusta más que me los regalen que cuando los compro yo.
- Me gusta viajar, pero me gusta tener alguien al lado para sorprendernos juntos.
- En el fondo, soy una niña pequeña y malcriada. Nada me hace más feliz que ser mimada. Como cuando cerraba los ojos al llegar a casa y fingía estar dormida para que mi papá me subiera en brazos hasta mi cama. Sigo siendo la misma, aunque no espero que nadie me abrace. O quizá sí.
- Mi malcriadez pasa por que quiero que las cosas se hagan a mi manera. Siempre. Y eso implica, según alguien, que nunca seré feliz del todo. Quizá.
- Colecciono padres y madres a lo largo y ancho del mundo. Todos me dicen que debería de darle las gracias a mis verdaderos padres por criarme tan bien. Y yo, tan estúpida, nunca lo hago.
- Me gusta una realidad en la que mucha gente se dedica a la pintura, la música o algo similar. Pero no me parece mía. Me es muy lejana.
- No puedo andar en bicicleta. Le tengo muchísimo miedo. No sé mantener mi equilibrio. Me aterra romperme la cara.
- Odio que alguien quiera enseñarme a andar en bicicleta. Se frustra él y me frustro yo.
- Me gusta cuando no entiendo lo que dice la gente… con excepción de cuando pienso que quizá estén hablando de mí. Es decir, estar en medio de gente que habla un idioma que no entiendo, me ayuda a medir mi nivel de narcicismo. Cuando empiezo a creer que todo se trata de mí es cuando me molesta el no entender. Cuando no es así, disfruto estar sola con mis pensamientos.
- El holandés es un lenguaje felino. Se lo dije a unos amigos, entre sus carcajadas. “Suenan como a gatos hablando”.
- Me comería kilos y kilos de pan de canela en un momento de distracción.
- No estoy segura de las decisiones que he tomado en mi vida. Por lo menos no de las más recientes. Cuando las verbalizo, todo es claro – cristal clear. Pero no antes. Entiendo que estaba buscando pelea. Ahora tengo una asquerosa sensación de rendición.
- No debo de vestirme como campesina holandesa. Me veo gordísima. Y no, mis genes no son de este tipo.
- Mi blog es como un cuaderno de notas eterno que no parece tener fin, principio, ni lógica alguna.
- No puedo contar secretos. Y si los escucho, tengo que convencerme de que no los diré después. O escribiré, que es lo mismo, para el caso.
- Michael J. Fox dice dos cosas en una entrevista con Esquire con las que me quiero quedar. “Si no tienes a nadie que te llame, estás perdido”. “Cualquier cosa horrible que te pase, seguirá estando ahí presente hasta que la aceptes. Lo mejor es llegar a esa parte lo antes posible”.
- Dicen que soy un alma vieja. Eso ya lo había escuchado antes.
Lejos, muy lejos de Scheveningen
2.2.08
Sorpresas te da la vida
En Barcelona hay chorromil quinientos doce bares. De todos esos, hay dos o tres a los que suelo ir. Porque me encanta la música. Porque bebo lo que me gusta. Porque me siento cómoda. Máximo tres, pues, no más.
A él no le gustaban. Y hoy, primera noche que salgo, con ganas de reírme, entra al que más denostaba de todos.
¿Mensajes de botella? ¿O cómo?
A él no le gustaban. Y hoy, primera noche que salgo, con ganas de reírme, entra al que más denostaba de todos.
¿Mensajes de botella? ¿O cómo?
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