Cabeza: complicada. Cuerpo: tomado por un virus que ataca ojos, garganta y oídos. Casa: con papás, hermanos y tía recién llegados de México. Oficina: caótica. Pies: en polvorosa. Necesito dormir.
Escribo por defecto (o por ventaja). Me formé como comunicóloga y, como dictan los cánones, he hecho mil y una cosas entre ellas periodismo escrito, radiofónico, relaciones públicas, gestión de proyectos, investigación y academia. Me gusta contar lo que pasa: resulta que me creo a pie juntillas aquello de que la realidad supera a la ficción.
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