6.7.07

Frustraciones de egomaníaca

Supongo que la verdad es que todas las mujeres tenemos una cierta frustración de musa. A todas nos gustaría que nos compusieran canciones, poesía, novelas y delicadas escenas de suicidio - no completas, por supuesto. Es una reafirmación permanente de tu presencia, de tu importancia en el mundo. O será que yo estoy loca.

Tengo memoria de un pequeño poemario encuadernado con tapas grises que está guardado en mi casa. Recuerdo en su contenido una dedicatoria a mí. Recuerdo haberme sentido única, poderosa, rica. Amada, pensada, deseada.

No puedo decir que me hayan dedicado muchas más cosas. Curiosamente, con tantos novios "con variadas dotes artísticas". Recuerdo que cuando era adolescente me llamaban por teléfono para ponerme canciones. Después hubo incluso quien las tocaba con una guitarra. Quien se amaneció conmigo con el auricular en la oreja caliente, hablando tonterías por no decir "te quiero" o "me faltas".

Hace poco encontré mi nombre en las dedicatorias de un libro. Me sentí tan querida. Hace poco me pusieron una canción en el auricular. Me sentí tan adolescente. Y feliz. Me hace pensar que todavía tengo la posibilidad de ser dedicada en algo, de ser vista con ojos distintos. Y eso es un regalo.

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