Hay pocas cosas que un mexicano en el exilio extrañe más que unos tacos de esquina. De los que sirven en puestos en los que, según la sabiduría popular, debe haber rondando por lo menos un par de perros callejeros esperando que a alguien se le caiga un taco (por aquello de que perro no come perro...).
La forma más tradicional de pedir los tacos es - en el más puro slang chilango - con fotocopia (doble tortilla) y jardín (mezcla de cebolla y cilantro recién picada). Cualquier mamá amante de la seguridad gastrointestinal pide a sus hijos que no coman el famoso jardín porque el cilantro mal lavado puede ser vía de cualquier tipo de infecciones.
Pues bien, según un estudio publicado en el Journal of Agricultural and Food Chemistry (Junio 2004) por un grupo de japoneses encabezado por un tal Kubo I., el cilantro tiene ciertos compuestos volátiles (¿?) que generan una especial actividad antibacterial contra la Salmonella choleraesuis. Ergo, los tacos con cilantro contienen una vacuna especial contra algunas intoxicaciones alimentarias.
(Lo único que logré fue que se me hiciera la boca agua. Entonces, por favor, cómanse unos tacos a mi salud).
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario