Siempre me intrigó por qué el día del trabajo se celebraba sin trabajar. Por eso lavé mi ropa a mano (se murió mi lavadora) y tiré la mitad de mi guardarropa (no es que no quisiera lavar más. Es que la primavera y el sol traen aires renovadores).
Hoy comienza el countdown para volver a cruzar el charco. Y al llegar, sólo sonrisas, por favor.
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1 comentario:
Uno se convierte en "una concentida" cuando llega a México, ojalá fuera así siempre...acabo de regresar y me temo ya lo estoy echando de menos...
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