El viernes me perdí caminando por la Colonia del Valle. Es curioso, porque incontables veces la recorrí subida en un coche y nunca me perdí. Pero es diferente caminar que transcurrir en un vehículo de cuatro ruedas. Muy diferente. En una esquina - imposible de recordar cuál - compré un ramo de gardenias. Me parecieron tan bonitas. Me recordaron unas vacaciones en Veracruz.
Después de vagar durante un rato, finalmente decidí tomar un taxi. Duramos una hora en llegar hasta el hoyo negro donde el 80 por ciento de las veces quien me cita ahí me deja plantada (debería aprender que no tengo que citarme ahí con nadie nunca más). Al llegar, el taxista me dice: "que le vaya bien. Y, si es mamá, felicidades por mañana".
No dejé de preguntarme qué le había hecho pensar que yo era mamá.
+ + + + + +
Ayer, día de la madre, estuve en casa de mis abuelas. Las veo más o menos bien, pero con algunos comportamientos que me hacen inclinarme más hacia el menos. Me da tristeza vernos a todos envejecer, pero a ellas más críticamente.
Todas mis primas de mi edad son orgullosas - o deprimidas, pero orgullosas - mamás. Todo eran abrazos a mi alrededor y, preguntas al respecto de mis relaciones. No de mis bebés. El haber perdido un embarazo hace un par de años parece que me exime de ser interrogada, por lo menos en público.
Sin embargo, al ver que todas eran felicitadas y cargar por primera vez a la pequeña Sophie, sentí un poquito de envidia. Y supongo que mi abuela me lo vio en los ojos. Y se acercó y me abrazó. "Felicidades también para tí, hijita. Tú también eres mamá. La diferencia es que tú tienes a tu angelito en el cielo, desde donde mira por tí".
Creo que sentí auténticas ganas de llorar.
+ + + + + + +
Le llamo, un poco tarde, para felicitarlo de su cumpleaños. Lo escucho modorro. La semana pasada que le llamé me había contado que acompañaría a su esposa a una revisión médica. Me acordé de todas las veces que yo había ido sola con mi médico y las veces que había ido acompañada. Había ido acompañada cuando presentíamos un embarazo.
Hoy me lo confirmó. Espera un bebé. Y me alegro tanto. Pero hay algo que también me hizo sentir unas ciertas ganas de llorar.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
Este post duele tantito... :(
Felices días todos los que sale el sol y hay amor a nuestro lado... amor del que sea, pero del auténtico.
Un abrazo desde BCN!!
Publicar un comentario