4.2.05

"Traigan preguntas concretas, porque esto no es una clase"

Érase una vez la historia de una estudiante que no entendía en lo absoluto lo que estaba pasando en su clase. Sabía que su profesor era una verdadera eminencia, pero como se pasaba el tiempo (el profesor) burlándose de la obvia ignorancia de sus alumnos, era difícil entender. Llegaron las vacaciones, pasaron casi dos meses sin clases con el profesor en cuestión. Un buen día, la estudiante - y sus compañeros - descubren que en un par de semanas tienen un examen con el señor. Un poco de horror. Y sin ninguna clase previa. Es más, el examen no se los va a aplicar él: lo va a aplicar otra todapoderosa que no puede explicar nada.

Después de exponerse a la burla de la todopoderosa - cómo se te ocurre pensar que vienes a la escuela de tercer ciclo y puedes pedirle a un maestro que te explique algo, ¿no eres ya lo suficientemente grande? -, y explicarle que necesitan preguntar qué caramba viene en el famoso examen, se decide enviar un correo electrónico al profesor-eminencia.

El profesor eminencia acepta - magnánimo - dar una asesoría. De media hora la tarde de un viernes. No más. La alumna en cuestión - ella, tan tontita, tan absolutamente necia - le manda un correo electrónico para darle las gracias por ofrecerles un ratito de su tiempo. El profesor contesta con una sola línea: "Traigan preguntas concretas, porque esto no es una clase".

Qué bonita es la vida, caray.

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