25.4.03

Realmente no sé si es un buen día para empezar un blog. Pero habrá que verlo con el mayor optimismo posible. Esta mañana salí muy tarde de la casa. Absolutamente tarde. Decidí tomar un taxi de 10 pesos de la estación del Metro a enfrente de mi trabajo. El taxista fue muy amable. Demasiado amable para mi gusto. "Va a su trabajo". "Sí, en realidad un poquito tarde". "Pero qué importa que sea tarde... seguro una muñeca tan bonita es la consentida del jefe y no importa a qué hora llegue, ¿verdad?". Lo siento, nunca he sabido llevar bien un cumplido. Después de eso me bloquee y fuí viendo los autos en Reforma. Antes de bajar, me preguntó si no le vendía mis ojos. "No, lo lamento. Ya tienen dueño". Fin de la conversación. El taxímetro marcaba 8.05 y me regresó tan sólo un peso. Le pagué con una moneda de 10. A lo mejor es una estrategia. Lo cierto es que me quedé sin ganas de reclamarle. Seguro es una estrategia. Tengo que aceptar que no es mala.

Y bueh, diría Mafalda... ya mañana será otro día. O dejaré de robarle minutos al trabajo para escribir en el blog.

(Tengo la mala sensación de que esto se me va a convertir en un vicio...)

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