12.4.15

Reporte desde aquí

¿Sabes de qué hace clima hoy, Vinader? De ceviche. El sol cae a plomo - pero lo alivia el viento. Es una primavera preciosa, que llama a cambio de menú: no más caldos ni potajes - ahora ceviches, cochinita, guacamole, limonada, tabulé, boquerones... cosas frescas.

Acabo de pasar por enfrente de tu casa y me quedé mirando a la ventana: hoy fue la Cursa y no fuimos ni Judith ni yo - igual, siempre me quedaré con la duda si veías cuando pasábamos, riéndote de nuestros esfuerzos puntuales por hacer ejercicio.

Me da un poco de pereza comprar el diario. ¿Y si me encuentro algo que comentar contigo qué hago? ¿A dónde te llamo? ¿Será que vas a convencer a San Pedro de darte una extensión directa acá abajo? Nos vendría muy bien, ¿sabes? Me quedé con muchas cosas que preguntarte. Y sé que se me acumularán más conforme pase el tiempo.

No te agobies: ya sé que te ponía nervioso vernos llorar y, mira por dónde, yo no he podido. Me río, me angustio, me mareo pensando en ti pero llorar, lo que se dice llorar, no puedo. No sé muy bien por qué... Supongo que ya saldrá.

Despierto sin tu llamada telefónica hoy. Paseo por el Turó de la Rovira, mirando las orillas de esta ciudad que amamos. Como con amigos en el Born, con vino y postre y risas como tú harías. Me quedo al sol, debajo del Arco de Triunfo, entre los guiris, con mis gafas de mosca. Esperando que el sol me llene el hueco este que siento a la mitad del pecho. Pero nada. Nada cambia.

Me parece increíble que te hayas ido. Hoy, justamente, que parece que todo empieza... hasta la temporada de ceviche.

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