1.8.12

Cierre del paréntesis

Terminar las vacaciones no ha sido nunca un asunto fácil. Mucho menos es despedirse de la playa desierta donde las últimas dos semanas se han caminado interminables kilómetros, hecho optimistas y amorosos planes, investigado las costumbres de la flora y fauna local. Pensando, casi en silencio - en el murmullo de un idioma que no terminas de hablar - ahora extraño el sonido del mar, el agua de coco de la mañana, las estrellas entre las que se ven constelaciones casi desconocidas - clarísima la cruz del sur. Regreso a la grandísima ciudad, a los pendientes, al proceso de realizar los planes. A esa vida real que parece menos real que el arroz blanco recién cocido y los buenos días a media mañana.



Suspiramos. No es que el futuro sea poco promisorio. Es que el presente - ahora pasado - era aquello que esperábamos en nuestros sueños.

1 comentario:

Jaume Radigales dijo...

Bellísimo texto. Bellíssimas expectativas, I presume...